La Tierra tiene el mal hábito de borrar su propia historia
En las intersecciones de las placas tectónicas en todo el mundo los bloques de corteza oceánica se sumergen en el manto, parte del ciclo continuo que no sólo impulsa la deriva de los continentes, sino que también alimenta el volcanismo que construye cadenas de islas como Japón y montañas como los Andes. La desaparición de estas placas, llamada subducción, dificulta la reconstrucción de los océanos como existían hace cientos de millones de años, así como las montañas que los rodean. "Todos los días estamos perdiendo información geológica de la faz de la Tierra", dice Jonny Wu, un geólogo de la Universidad de Houston en Texas. "Es como perder pedazos de vidrio roto mientras intentas volver a ponerlos en orden".