Cada especie tiene un estilo distinto de nadar y hundirse, dependiendo de la forma de su concha
En los océanos del mundo, miles de millones de pequeños caracoles marinos (una forma de plancton) se desplazan diariamente entre las aguas superficiales, donde se alimentan por la noche, a profundidades de varios cientos de metros durante el día para descansar mientras evitan a los depredadores.
Los caracoles marinos juegan un importante papel en los ciclos geoquímicos y el clima: el 12-13% del flujo de carbonato global ocurre cuando las conchas de carbonato de calcio de los caracoles muertos se hunden en las profundidades, donde se disuelven y contribuyen al carbono atmosférico y la acidificación del océano.