Bajo de la corteza helada de Europa podría haber un inmenso océano de agua salada líquida
Europa es una de las más grandes de las más de 90 lunas en órbita alrededor del planeta Júpiter. También es uno de los mejores lugares para buscar vida extraterrestre.
Las observaciones hasta la fecha, a menudo denominado "mundo oceánico", sugieren firmemente que debajo de la corteza helada de Europa podría haber un océano de agua salada líquida que contenga el doble de agua que los océanos de la Tierra. Ahora, Europa Clipper de la NASA, la nave espacial más grande jamás desarrollada por la agencia espacial estadounidense para una misión planetaria, puede tener las herramientas para detectarlo.
Mientras la nave espacial Clipper se somete a las pruebas y preparativos finales antes de su lanzamiento en octubre de 2024, los científicos que utilizan uno de los nueve instrumentos a bordo han hecho un emocionante descubrimiento. Además de determinar si Europa podría albergar vida, el instrumento en cuestión debería ser capaz de detectar directamente la propia vida extraterrestre, en caso de que existiera allí.
Los tres ingredientes clave para la vida son energía, agua líquida y los productos químicos adecuados. La nave espacial proporcionará más detalles sobre estos ingredientes en Europa y, por tanto, sobre su potencial para albergar vida.
Europa obtiene energía de las fuerzas de marea extremas causadas por la gravedad de Júpiter, que empujan y tiran del material de la luna, generando calor en su interior. Es este proceso el que respalda la teoría de un océano de agua líquida debajo de la superficie.
El océano extraterrestre de Europa podría contener los componentes químicos necesarios para la vida. Estos incluyen elementos químicos como el carbono, el oxígeno, el fósforo y el azufre. Pero el equipo de la misión también buscará compuestos orgánicos, que contienen carbono y comprenden muchas de las sustancias químicas más complejas y vitales en biología.
Detectar las firmas de estos químicos es el objetivo clave de la misión Europa Clipper. Si se puede encontrar tal evidencia, esto indicaría que Europa puede ser otro lugar del sistema solar capaz de albergar vida.
Imagen derecha: La capa de hielo de Europa flota en un océano con el doble de agua que la Tierra. NASA/JPL-Caltech/Instituto Seti
Un hallazgo fortuito
El instrumento Suda (Surface Dust Mass Analyser), dirigido por la Universidad de Colorado Boulder, es uno de los nueve instrumentos de la Europa Clipper. Recogerá pequeños granos de hielo y polvo de la región sobre la superficie mientras la nave espacial pasa cerca de la luna. El objetivo principal es determinar la composición de este material y, analizando su trayectoria, descubrir en qué parte de la superficie de Europa se originó.
Los científicos creen que parte del material helado puede provenir de erupciones, o plumas, en la superficie de Europa. Estas plumas podrían transportar agua desde el océano al espacio, por lo que analizar de qué está compuesto este material dará una buena indicación de la habitabilidad del océano. El instrumento Suda también podrá determinar si el material se originó en la propia Europa o en otro objeto cercano del sistema solar, como otra luna de Júpiter.
Hablando antes de los últimos hallazgos, Murthy Gudipati, científico planetario del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, dijo: "No somos una misión de búsqueda de vida. El objetivo de Europa Clipper es comprender el océano de Europa y la habitabilidad de la luna".
Pero una reciente investigación publicada en Science Advances ha demostrado que, después de todo, Clipper podría ser una misión para encontrar vida. Un grupo de científicos (de la Universidad de Washington, la Universidad Libre de Berlín y la Universidad Abierta del Reino Unido) probaron en el laboratorio un espectrómetro de masas ionizante de impacto, el mismo tipo de instrumento que Suda, en condiciones simuladas similares a las esperadas durante la misión Europa.
En los diminutos cristales de hielo disparados hacia el equipo, los científicos también incluyeron algo de material celular bacteriano. Descubrieron que incluso cuando solo el 1% del material completo de una célula estaba incluido en un grano de hielo, aún podían detectar la presencia de material bacteriano. También pudieron determinar que diferentes modos del instrumento eran mejores para detectar diferentes compuestos orgánicos, como ácidos grasos y aminoácidos.
Fabian Klenner, uno de los investigadores, dijo a New Scientist: "Si las formas de vida en Europa siguen el mismo principio de tener una membrana y ADN hecho de aminoácidos... entonces detectar esas sustancias químicas sería una prueba irrefutable de la vida allí".
Imagen: El instrumento Suda no fue diseñado para detectar vida, pero los científicos creen que podría hacerlo. Nasa/Lasp-CU Boulder
El equipo científico de Suda utilizará estos hallazgos para analizar los datos de Europa cuando lleguen. Tienen bastante poco de tiempo para preparar las cosas: la nave espacial no llegará a Europa al menos hasta 2030.
Sería un resultado suficientemente fantástico si Clipper pudiera demostrar que Europa tiene los ingredientes necesarios para la vida, y sin duda daría lugar a mucha investigación y especulación, así como a posibles preparativos para una misión de seguimiento para detectar vida potencial. Si Clipper puede hacer todo eso, además de recolectar material directo de vida extraterrestre al mismo tiempo, sería un descubrimiento científico histórico.
Hasta la fecha no se ha encontrado evidencia concreta de vida más allá de la Tierra, aunque hay indicios de condiciones adecuadas en algunos otros cuerpos del sistema solar. La vida en Europa sería la primera biología extraterrestre jamás detectada de manera concluyente. Si bien no es probable que esta vida se comunique con nosotros en el corto plazo, respondería a la pregunta candente de si la biología puede existir en otro lugar que no sea la Tierra.
Demostrar que Europa sustenta o ha sustentado vida permitirá a los investigadores desarrollar y probar teorías sobre cómo surgió esa biología. Esto, a su vez, también podría proporcionar información sobre los orígenes de la vida en nuestro planeta.