Hay una posibilidad de que la luna Titán pueda ser hogar de formas de vida no basadas en agua
Con cañones y océanos de metano líquido similares a la Tierra, la luna Titán de Saturno es uno de los lugares más fascinantes del sistema solar. Para comprender mejor este extraño mundo, los científicos recrearon en el laboratorio los océanos alienígenas de Titán, produciendo nuevos tipos de cristales que no se producen naturalmente en la Tierra pero que pueden formar una corteza común en Titán.
Hasta ahora Titán es el único lugar, además de la Tierra, que alberga en su superficie lagos y océanos líquidos. Pero en lugar de agua común y corriente, esos cuerpos están llenos de hidrocarburos líquidos de metano y etano. Realmente es difícil imaginar la física detrás de eso, así que recientemente un equipo de la NASA elaboró la mezcla en condiciones que imitan la atmósfera de Titán.
Para crear el océano extraterrestre, el equipo llenó primero una cámara de criostato con nitrógeno líquido para enfriar el aparato, luego lo calentó ligeramente para convertir el nitrógeno en gas, lo que constituye gran parte de la atmósfera de Titán. A continuación agregaron moléculas como el metano y el etano para hacer la sopa de hidrocarburos que probablemente se acumula en la superficie de la luna.
La idea original era probar los diseños de un submarino que algún día podría enviarse para explorar los extraños océanos de Titán, pero ahora el equipo ha realizado otros descubrimientos.
No se trata solo del océano, sino de lo que queda después que el líquido se evapore. Cristales de benceno fueron los primeros en aparecer. Estos normalmente toman la forma molecular de un anillo hexagonal de átomos de carbono, pero en este caso hubo una diferencia inesperada: las moléculas de etano quedaron atrapadas dentro, lo que crea lo que se conoce como un co-cristal.
Pero el co-cristal más común era una extraña mezcla de acetileno y butano. Aquí en la Tierra estos elementos toman usualmente la forma de gases, pero en los fríos climas de Titán se solidifican en cristales. Los investigadores sugieren que estos cristales formarían una corteza en el suelo a medida que los líquidos se evaporan, como la sal que queda en las costas de la Tierra.
Estos tipos de depósitos, llamados por el equipo "anillos de la bañera", se han pronosticado en base a los datos recopilados por la misión Cassini, que detectaron evidencias de material evaporado dejado en los lechos de antiguos y secos lagos. Pero, gracias a la brumosa atmósfera, no lo sabremos con seguridad hasta que se envíe algún tipo de nave espacial para investigar. Incluso hay una posibilidad de que la luna pueda ser hogar de formas de vida no basadas en agua.
La investigación "The Acetylene-Butane Co-Crystal: A Potentially Abundant Molecular Mineral on Titan", se ha presentado esta semana en la Conferencia de Ciencias de Astrobiología 2019 en Seattle.