Encuentran en muestras de placa dental biomarcadores de algas y otras plantas acuáticas
Al analizar la placa dental fosilizada, los científicos han encontrado nueva evidencia de que los primeros europeos comían algas y otras plantas acuáticas.
Hoy en día, los higienistas dentales raspan diligentemente la placa y el sarro de nuestros dientes durante las limpiezas periódicas. Pero antes de la odontología moderna, estos residuos simplemente se acumulaban en los dientes y encías de los primeros humanos.
Afortunadamente para los arqueólogos, parte de esa placa ha sobrevivido durante miles de años.
En un estudio publicado esta semana, los investigadores analizaron muestras de placa dental conservada de los restos de 74 primeros humanos desenterrados en 28 sitios arqueológicos europeos. Algunos de los dientes tenían alrededor de 2.000 años, mientras que otros tenían más de 8.000 años, informa Katie Hunt de CNN.
Imagen: El edificio de piedra se encuentra en Isbister, en las Islas Orcadas, también conocida como la Tumba de las Águilas, de donde proceden algunas de las muestras de algas analizadas en el estudio
Encontraron biomarcadores químicos de algas y plantas acuáticas en 26 muestras, lo que sugiere que los primeros humanos comían (o, al menos, masticaban) estas riquezas del mar. Más concretamente, detectaron algas rojas, verdes y marrones, así como espigas de agua y un pariente del nenúfar.
Los resultados indican que los humanos comían plantas acuáticas ya en el período Mesolítico, durante el Neolítico y hasta principios de la Edad Media. Ese lapso de tiempo es significativo, ya que los arqueólogos habían asumido durante mucho tiempo que la introducción de la agricultura durante el Neolítico significó que los primeros humanos abandonaron en gran medida esos alimentos del mar, según un comunicado de los investigadores.
Además, las plantas acuáticas no eran sólo una especialidad del menú costero. Los investigadores también encontraron evidencia en dientes de un sitio en el sureste de España ubicado a casi 50 millas del agua.
Imagen: Ejemplos de placa dental extraída y analizada. Ambas muestras proceden de Isbister, Orkney. A la izquierda está el ejemplo DL 188.1, a la derecha está el ejemplo DL 86.
No está claro cómo los primeros humanos prepararon estas plantas acuáticas: ¿Las comieron crudas o las cocinaron? Los científicos tampoco saben qué parte de su dieta consistía en plantas acuáticas, ya que los biomarcadores de otros tipos de plantas "tienden a sobrevivir peor en contextos arqueológicos en comparación con las algas", dijo a la CNN el coautor del estudio Stephen Buckley, arqueólogo de la Universidad de York en Inglaterra.
"No necesariamente tenemos una imagen completa de todos los alimentos consumidos, lo que puede depender de las condiciones ambientales predominantes", añade.
El equipo cree que los primeros humanos pudieron haber comprendido los beneficios nutricionales de las algas y las plantas acuáticas, tal como lo hacemos ahora. Hoy en día, las algas marinas son consideradas un "superalimento", gracias a su abundancia, rápido crecimiento y contenido de vitaminas y minerales.
"Las algas son geniales", dice la coautora del estudio Karen Hardy, arqueóloga de la Universidad de Glasgow. "Están disponibles, son nutritivas, locales y renovables".
También son respetuosas con el medio ambiente y pueden ayudar a detener el cambio climático causado por el hombre al "absorber emisiones de carbono, regenerar ecosistemas marinos, crear biocombustibles y plásticos renovables, además de generar proteínas marinas", como escribió Mélissa Godin de Time en 2020.
Los investigadores esperan que sus hallazgos alienten a más personas a empezar a añadir algas y plantas acuáticas a sus dietas.
"Sería maravilloso pensar que la gente realmente se conectara y pensara: 'Bueno, si lo comimos antes, podemos empezar a comerlo de nuevo'", dice Hardy a Nicola Davis de The Guardian.
La investigación se ha publicado en la revista Nature Communications: Human consumption of seaweed and freshwater aquatic plants in ancient Europe