Yacen en las aguas de la costa portuguesa y los archipiélagos de las Azores y Madeira
Un arqueólogo subacuático tiene identificados alrededor de 250 naufragios repletos de tesoros a lo largo de las costas de Portugal continental, las Azores y Madeira, que potencialmente albergarían bajo el lecho marino toneladas de oro y plata.
Según un informe del Herald News, Alexandre Monteiro, investigador del Instituto de Historia, Territorios y Comunidades de la Universidad Nova de Lisboa, recopiló los datos después de 25 años de exploración submarina e investigación histórica. En total, Monteiro ha cartografiado más de 8.600 naufragios perdidos en territorio marítimo portugués desde 1500.
Una base de datos que cambia las reglas del juego
La completa base de datos de Monteiro incluye 7.500 naufragios en la costa continental de Portugal, 1.000 cerca de las Azores y 120 en la costa de Madeira. Se trata de embarcaciones registradas después del año 1500, cuando la documentación marítima se volvió más consistente. Sus esfuerzos ofrecen la primera visión completa de la flota histórica sumergida de Portugal y sus tesoros ocultos.
El afán de Monteiro por documentar estos naufragios comenzó con una sola pista. "Quería encontrar ese barco", recordó, refiriéndose al Nossa Senhora da Luz, un navío de 1615 perdido cerca de Faial, en las Azores. "Me llevó cuatro años buscar en varios archivos y, después de esos cuatro años, fui a bucear y en mi primera inmersión encontré el punto del naufragio".
En aquel momento, los gobiernos locales sólo tenían vagas sospechas sobre lo que había bajo sus aguas. "Cuando las empresas de búsqueda de tesoros llamaron a la puerta del Gobierno Regional de las Azores, nuestro mayor problema era no saber cuántos barcos había ni dónde estaban", dijo Monteiro. "Sabíamos, sospechábamos, pero nuestro conocimiento era nulo".
Hoy, ese conocimiento se ha transformado en un recurso estratégico. Monteiro cree que la base de datos no solo tiene importancia histórica, sino que también funciona como una herramienta de protección cultural, especialmente ante una posible explotación comercial.
Oro bajo las olas
Entre los descubrimientos más fascinantes se encuentra la identificación de varios barcos con cargamentos documentados de tesoros. Monteiro destaca como ejemplo el Nuestra Señora del Rosario, un barco español que se hundió frente a la costa de Tróia en 1589. "Sé que frente a Troia (en la región de Setúbal) hay un barco español de 1589 llamado Nuestra Señora del Rosario. Lo he investigado e incluso sé el nombre de la madre del capitán, y oficialmente allí hay 22 toneladas de oro y plata", dijo.
Estas no son solo folclore ni afirmaciones especulativas; se basan en documentación histórica y están verificadas por investigaciones de archivo, algunas de las cuales se extienden a lo largo de años. Con un conocimiento preciso de estos naufragios, Monteiro cree que es muy real el riesgo de perder estos bienes culturales debido a proyectos de recuperación o infraestructura no autorizados.
Una carrera contra el tiempo y el desarrollo
A pesar de la profundidad de la investigación de Monteiro, afirma que no se han implementado medidas de protección ni acciones gubernamentales coordinadas tras su publicación. Advierte que muchos naufragios se encuentran directamente en zonas de desarrollo portuario activo o futuro, lo que aumenta las probabilidades de descubrimiento accidental y posible saqueo.
Subraya que la mayoría de los restos permanecen ocultos bajo la arena, relativamente seguros por ahora, pero aún vulnerables a las obras de construcción. Sin un plan de contingencia, cualquier descubrimiento accidental podría desembocar en un caos legal y logístico.
Monteiro advierte que incluso las misiones arqueológicas a corto plazo podrían arrojar enormes resultados. "Si dedicara un mes al proyecto, encontraría el barco", afirmó. La cuestión, en su opinión, no es si se pueden localizar los barcos, sino si alguien está preparado para protegerlos cuando lo haga.
