Pequeña historia de Corsarios, piratas, bucaneros, filibusteros
Mítica su bandera: "Jolly Rogers", una calavera y dos tibia cruzadas
Según infomaciones del diario "El País" , el tesoro submarino descubierto en mayo de 2007 por la empresa estadounidense Odyssey Marine Exploration de la fragata Nuestra Señora de Las Mercedes, hundida frente a las costas del Algarve al sur de Portugal, en 1804, pertenecía en gran parte a unos 130 comerciantes españoles.La fragata fue sorprendida en aquella época por una flota inglesa comandada por el almirante Graham Moore. Las fortunas, y muchas vidas, de estas familias se fueron a pique cuando "La Mercedes" recibió un cañonazo de los ingleses en la santabárbara, donde se custodia la pólvora.
En los últimos días se ha unido a la disputa que mantiene enfrentadas a España y a la empresa estadounidense Odyssey Marine Exploration por el denominado en clave "tesoro del Cisne Negro" un nuevo contendiente: la República del Perú. Los escudos de plata y oro y los reales de a ocho que transportaba este barco desde América con destino a Cádiz son de la época de Carlos IV y fueron acuñados en Lima, es decir, que salieron de las minas de Perú. Por ello, el país decidió el 19 de agosto presentar una reclamación ante la Corte de Tampa, Florida, donde el juez Mark Pizzo lleva el caso que hasta ahora enfrentaba sólo a España y a la empresa estadounidense.
Yo creo que desde Francisco Drake, España no ha tenido suerte con los piratas...
Pero hagamos un pequeño repaso a la historia de los piratas (hoy también hay piratas, muchos, en internet, y no me refiero precisamente al intercambio de archivos a través de redes P2P, pero de esto ya hablaré más despacio en apañados):
La historia de la piratería es tan antigua como la de la navegación. Desde que existe el comercio marítimo los ladrones del Mar siempre han estado ahí. Ya en el año 78 a.C., Julio Cesar tuvo que vérselas con los saqueadores cilicios que amargaban la existencia a las naves romanas que surcaban el Mediterráneo, y en el siglo VIII los vikingos se dedicaron sistemáticamente a asolar las costas europeas a bordo de sus temibles "drakkars", esas ligeras embarcaciones de velas rayadas.
La época dorada de la piratería llegó a mediados del siglo XVI. En ese momento el Caribe se convierte en el escenario donde este mito toma su forma.
Poco a poco, distintos grupos de desheredados del Mar, desertores, aventureros, ex-convictos y gente de todo tipo, comenzaron a ver en los barcos españoles y portugueses que trasladaban grandes fortunas desde el nuevo mundo a Europa una posibilidad de cambiar su destino.
También las potencias navales que rivalizaban con España y Portugal por el control marítimo de la zona -Inglaterra, Holanda y Francia principalmente- vieron en la piratería una forma sencilla de entorpecer el tráfico de sus enemigos con las colonias y tratar así de socavar su hegemonía. Era el complemento perfecto a la actividad de sus flotas militares regulares. Comenzaron a contratar a esos grupos de saqueadores dando lugar a la figura del corsario. (ver wiki)
Los corsarios navegaban bajo el país que les contrataba y se comprometían a causar el mayor daño posible en las posesiones y embarcaciones de las potencias rivales, respetando los que navegasen bajo su misma bandera. La monarquía de turno, "Su Majestad", les otorgaba una patente de corso (letter of marque), que, en cierta forma, legalizaba sus actividades, les aseguraba que no serían ahorcados por piratería y que tenían derecho a apropiarse de parte del botin de ls naciones expoliadas.
En muchos casos, el corsario terminó siendo considerado un héroe. Francisco Drake es el ejemplo perfecto: Auspiciado por la reina Isabel I de Inglaterra fue responsable de decenas de ataques a galeones y plazas españolas. Amasó en veinte años una legendaria fortuna y, de regreso a Europa, aún atacó Cadiz en 1587 destruyendo 30 barcos que debían formar parte de la Armada Invencible (lo que retraso, entre otras causas, un año su partida). La misma Reina personalmente le nombró vicealmirante y sir.
Pero a mediados del siglo XVII, el tiempo de los corsarios se agota. Muchos de ellos dejan de respetar las limitaciones de navegar bajo bandera ajena y las potencias comienzan a retirarles su apoyo. España pierde su posición de hegemonía en el Caribe y llega la hora de los bucaneros y filibusteros.
Los primeros bucaneros (ver wiki muy buen artículo) se asentaron en La Española (hoy Santo Domingo) donde, en un principio, se dedicaron al robo de ganado, cuya carne ahumaban. Su nombre proviene, precisamente, de esta forma de preparar la carne a la barbacoa o "boucan". En 1620 fueron expulsados de allí, pero la mayoría logró llegar con vida a la cercana isla de La Tortuga.
Estos nuevos pobladores de La Tortuga -que pasaron desde entonces a denominarse filibusteros (ver wiki)- abrazaron sin reservas la piratería y se agruparon en una curiosa organización gremial: la Cofradía de los Hermanos de la Costa. No tenían leyes, ni deberes, ni pago de impuestos. Primaban por encima de todo la libertad y sólo rspetaban dos normas: la prohibición de la propiedad individual -todo era de todos- y de llevar mujeres europeas a la isla.
Cada uno de los miembros de la hermandad eran iguales y cada ciero tiempo elegían una especie de gobernador por votación univerasal. Hablaban una jerga casi ininteligible, un idioma peculiar formado por palabras españolas, inglesas, francesas y holandesas.
Bajo su propia bandera, la mítica Jolly Rogers, formada por una calavera y dos tibias cruzadas sobre fondo negro y que cada pirata adaptó a su propio estilo (antiguas banderas piratas personalizadas), navegaron hasta mediados del siglo XVIII los piratas más famosos de todos los tiempos: Eduard Teach Barbanegra, el capitán Roberts o Calico Jack.
Hubo también grandes capitanas como Anne Bonny o Mary Read, lo indudable es que todos ellos forjaron la leyenda pseudoromántica de la vida pirata, ésa que el tiempo nos ha hecho borrar sus mayores asperezas, como la extrema crueldad de sus saqueos o los temibles castigos que infligían a sus enemigos para quedarse con lo mejor.
Inglaterra, en 1716, se lanzó a la campaña definitiva de exterminio de la piratería (a varias pelis de Holywood sobre ello), y en 1730 ya eran historia.
Vídeo sobre el caso Odyssey-España-Perú