La agricultura se estableció en algunas inhóspitas islas después que los animales adaptaron su dieta
Queda por determinar si se debe a la adaptabilidad de los primeros granjeros o de los animales que criaron, pero una nueva investigación ha encontrado que los colonos en las remotas islas escocesas de las Orcadas probablemente habrían perecido si sus ovejas no hubieran desarrollado rápidamente el gusto por las algas.
Las Orcadas son frías, azotadas por el viento, sacudidas por tormentas, y se encuentran a 290 kilómetros del extremo norte de Escocia.
Los veranos son cortos y los inviernos largos y, aunque comparativamente cae poca nieve cada año, las temperaturas y los fuertes vientos se combinan para producir un ecosistema vegetal dominado por especies bajas y estacionales.
La práctica de la cría de ganado vacuno y ovino comenzó en Gran Bretaña alrededor del 4000 a.C., introducida desde Europa. Desde una base inicial en el sureste se extendió a través de la isla, y finalmente fuera de ella, llegando a las Orcadas alrededor de 3500 a.C.
Sin embargo, al llegar, los esperanzados agricultores y sus animales enfrentaron un sustancial desafío. La materia prima de plantas tenía un suministro adecuado durante los meses más cálidos, pero caía de inmediato durante el resto del año.
Sin embargo, según una investigación dirigida por la arqueóloga Marie Balasse, del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) en París, las ovejas recién llegadas se aprovecharon rápidamente de otra fuente de nutrientes mucho más abundante.
"Los resultados muestran que las ovejas consumieron cantidades moderadas de algas marinas desde el momento de su introducción en las Orcadas, una práctica que facilitó la exitosa propagación de la vida agrícola en las zonas más remotas de Europa", escribieron ella y sus colegas en un artículo publicado en el revista Antiquity.
Para hacer sus hallazgos, midieron relaciones estables de isótopos de carbono en los dientes de varios esqueletos de ovejas del antiguo asentamiento conocido como Skara Brae.
Las proporciones variaron de forma regular, lo que indica cambios estacionales en la dieta de los animales, y se correlacionaron con las proporciones de isótopos que se encuentran en las algas y las plantas terrestres.
Los resultados mostraron que los animales habían comenzado a comer algas marinas poco después de su llegada del continente, y que hacia el 2500 a.C. se había convertido en una "práctica establecida".
La poco usual dieta, sugieren los investigadores, puede haber impulsado cambios en el comportamiento y la fisiología de las ovejas de Skara Brae. Sin embargo, la forma en que se desarrolló el nuevo régimen alimentario por el momento sigue siendo una pregunta abierta.
"No es posible establecer si las ovejas neolíticas se adaptaron a las algas por su propia voluntad o fueron llevadas a la orilla por los pastores", señalan los investigadores.
Artículo científico: Seaweed-eating sheep and the adaptation of husbandry in Neolithic Orkney: new insights from Skara Brae