Los patrones que interrumpían la forma del barco dificultaban saber cuál era la parte delantera o trasera
A diferencia de un submarino que puede acechar bajo las olas, o un tanque de artillería que puede camuflarse entre los árboles y el terreno circundante, no hay escondite para un barco que eructa humo en las aguas abiertas de un océano. Entonces, ¿Cómo se camufla un barco durante la guerra?
Esa fue la pregunta que preocupó a Gran Bretaña durante la Primera Guerra Mundial. Los submarinos alemanes estaban causando estragos en el Atlántico hundiendo barcos mercantes en cantidades alarmantes. Las ideas que se propusieron incluyeron cubrirlos con espejos, disfrazarlos de ballenas gigantes, envolverlos en lienzos para que pareciesen nubes o hacer que pareciesen islas.