Maersk planea instalar "velas de rotor" giratorias a uno de sus petroleros
Más de 200 años después de que los barcos de vapor comenzaron a cruzar el océano, la energía eólica está encontrando su camino de vuelta a la navegación marítima. La empresa mundial Maersk planea instalar "velas de rotor" giratorias a uno de sus petroleros como una manera de reducir sus costos de combustible y las emisiones de carbono. La compañía detrás de la tecnología, la firma finlandesa Norsepower, dice que esta es la primera instalación retrofit de un sistema de energía eólica en un petrolero [PDF].
Sin embargo, la idea de utilizar en los buques estos cilindros giratorios para generar impulso y empujarlos hacia adelante se probó por primera vez en 1924 - y poco después fue ignorada. Entonces, ¿por qué Norsepower y Maersk (y el gobierno del Reino Unido, que está proporcionando la mayoría de los 3,5 millones de dólares de financiación), piensan que esta vez la tecnología será un éxito?.
La vela de rotor fue inventada por el ingeniero alemán Anton Flettner. Es efectivamente un gran cilindro giratorio de metal que utiliza algo llamado el efecto Magnus para aprovechar la energía eólica y propulsar un barco (abajo a la derecha).
¿Como funciona?
Cuando el viento pasa por la vela de rotor giratoria, el flujo de aire se acelera en un lado y se desacelera en el lado opuesto. Esto crea una fuerza de empuje perpendicular a la dirección del flujo del viento. Aunque se necesita energía en forma de electricidad para girar la vela, el empuje que produce significa que los motores pueden ser significativamente ralentizados, por lo que reduce el uso general de combustible y de emisiones.
Flettner construyó dos barcos de rotor, uno de los cuales logró en 1926 navegar a través del Atlántico a Nueva York. Pero este moderno intento de aprovechar el viento para viajar por el océano no pudo competir con el diesel. Las velas de rotor eran demasiado pesadas y los costos demasiado altos para que produjeran los ahorros de combustible esperados y resultaran exitosas con los operadores navieros.
Pero las mejoras tecnológicas y el aumento de las regulaciones ambientales han llevado a un renovado interés por las velas de rotor. La empresa de energía eólica Enercon lanzó en 2008 un nuevo rotor, mientras que en el año 2014 Norsepower añadió su primera vela de rotor a un buque de carga propiedad de la empresa de transporte marítimo sostenible Bore. Los prometedores materiales y diseños ligeros y relativamente baratos, combinados con los mayores precios del petróleo y la necesidad de reducir las emisiones, significan que las velas de rotor podrían hacerse un hueco.
El buque Maersk de 240 metros de largo será equipado con dos versiones modernizadas del rotor Flettner de 30 metros de alto y cinco metros de diámetro. En condiciones favorables de viento, cada vela puede producir el equivalente de 3MW de potencia utilizando sólo 50kW de electricidad. Norsepower espera reducir el consumo medio de combustible en las rutas marítimas globales típicas de un 7% a un 10%, lo que equivale a alrededor de 1.000 toneladas de combustible al año.
El proyecto de vela de rotor será la primera instalación de tecnología de energía eólica en este tipo de petrolero. Esto proporcionará conocimientos sobre el ahorro de combustible y experiencia operacional y ayudará a reducir su impacto ambiental. Cada vela de rotor se fabrica utilizando los más recientes materiales ligeros inteligentes y ofrece una solución de alta tecnología sencilla pero robusta, aunque su instalación todavía podría costar más de 1,5 millones de libras esterlinas. Eso equivale a alrededor del 5,5% del costo de una nave típica de ese tamaño, pero un porcentaje significativamente menor para un buque tanque nuevo.
Tecnologías más verdes
La vela de rotor que probará Maersk podría ser su tecnología más prometedora, pero también ha estado explorando otras medidas de eficiencia. El transporte por barco está entrando en una nueva y valiente era con avances acelerados en grandes datos, inteligencia artificial, naves inteligentes, robótica y automatización. Maersk está probando drones para entregar suministros desde buques en lugar de las barcazas tradicionales, pinturas especiales en sus cascos que reducirían las algas y otros microorganismos que aumentan la resistencia, velas de energía solar, cometas que remolcan un buque, baterías y biocombustibles.
Lo que obligará a más empresas navieras a adoptar este tipo de medidas son las nuevas normas de contaminación que entrarán en vigor al final de la década. A partir de 2020, las compañías navieras estarán obligadas a reducir el contenido de azufre de su combustible, que podría llegar a un costo significativo. Esto hace que potencialmente la inversión en tecnologías como las velas de rotor sea mucho más útil. La propulsión del viento para los buques comerciales parece estar ganando el apoyo de la industria dominante y, quizás en un futuro no muy lejano, podría incluso convertirse de uso común.