Puede haber permitido a nuestros ancestros que se arrastraban por el fondo del mar, identificar las fuentes de alimentos
Científicos del EMBL han encontrado estructuras cerebrales relacionadas con el palio de vertebrados en el gusano marino Platynereis dumerilii

Nuestra corteza cerebral, o palio, es en gran parte de lo que nos hace humanos: el arte, la literatura y la ciencia no existirían si esta parte fascinante de nuestro cerebro no hubiera surgido en algún antepasado menos inteligente en tiempos prehistóricos.
Pero ¿cuándo ocurrió esto y quienes eran esos antepasados? Inesperadamente, los científicos del European Molecular Biology Laboratory (EMBL) en Heidelberg, Alemania, han descubierto ahora una verdadero equivalente de la corteza cerebral en un invertebrado: un gusano marino.
Sus hallazgos se publican en la revista "Cell", y dan una idea de cómo eran los más antiguos centros superiores del cerebro y para qué los utilizaban nuestros más remotos ancestros.