El cangrejo violinista para su protección tiene una de las garras superdesarrollada
Si la pierden pueden regenerar otra igual de grande, pero más débil, con la que engañan a sus rivales

Un estudio publicado en el Royal Society Journal Biology Letters, demuestra que en el mundo de los cangrejos violinistas (Uca pugnax) hay algo bastante similar a la prostitución, y allí el sexo no sólo se entiende como camino para la reproducción, sino también como estrategia
para la auto-defensa.
No hace falta ir a las zonas bajas de cualquier ciudad europea, y tampoco a ningún barrio chino. En Mozambique, donde la prostitución existe (como en todas partes), pero no sólo ocurre entre humanos. Los cangrejos violinistas también entienden el sexo como un valor intercambiable, y su lógica al respecto resulta fascinante.
Patricia Backwell de la Australian National University publica una investigación realizada en Mozambique, donde llevó a cabo algunos experimentos con cangrejos violinistas, una subespecie de crustáceos en la que los machos se diferencian de las hembras por tener una de sus pinzas de un tamaño considerablemente grande para protección, mientras que en las hembras esta pinza está ausente.