Cómo logran evitar la luz brillante los organismos unicelulares inmóviles
Demasiado de algo bueno no es bueno en absoluto. Los organismos vivos disfrutan de la luz solar (de hecho, la necesitan para mantenerse vivos), pero tienden a evitar la luz demasiado brillante. Los animales van a su refugio, los humanos duermen la siesta, incluso las plantas tienen mecanismos para evitar una sobredosis de luz.
Pero, ¿Cómo se las arreglan los organismos unicelulares inmóviles con una luz demasiado intensa? Investigadores de la Universidad de Ámsterdam han descubierto una sorprendente respuesta.















