Cuando llueve en el desierto Dasht-e Lut de Irán, el suelo cobra vida con pequeños crustáceos
En primavera, cuando la lluvia se acumula en charcos en el desierto Dasht-e Lut de Irán, la arena cobra vida.
Diminutos y desecados huevos, enterrados entre los gránulos de color jengibre, beben en el agua y comienzan a eclosionar. Algunos pueden haber sido depositados en las dunas hace décadas. Pero, cuando llegan las lluvias, los huevos se convierten en pequeños crustáceos plumosos llamados camarones de hadas, los primos de agua dulce de los camarones de la salmuera (Anostraca, gr. "sin caparazón"). Durante un mes o dos, los camarones de hadas retozan, nadan boca abajo en sus efímeros lagos y ponen sus huevos antes de morir o de que se seque la charca, lo que ocurra primero.