El cefalópodo hawaiano Euprymna scolopes tiene una docena de tipos de microbios
No más grande que un pulgar, la sepiolida hawaiana necesita toda la ayuda que pueda conseguir para sobrevivir. Los investigadores han sabido por mucho tiempo que este cefalópodo, Euprymna scolopes, alberga bacterias bioluminiscentes en un órgano de luz especial para ese fin. La luz ayuda a camuflar al calamar de los depredadores y el calamar tiene proteínas específicas para apuntar este centro de atención.