Pertenece a los apicomplejos, uno de los grupos de parásitos más importantes a nivel clínico
El océano alberga un vasto mosaico de vida bajo su superficie, donde cada día se tejen millones de relaciones entre sus habitantes. Mientras se deslizan por la inmensidad de sus aguas, peces y otros animales interactúan con un sinfín de organismos microscópicos. Algunos de ellos se integrarán a sus cuerpos, nutriendo la cadena alimentaria en el incesante ciclo de la vida. A través de su información genética, podemos detectar muchos de estos simbiontes microbianos en la sangre de sus anfitriones. Sin embargo, pueden pasar desapercibidos si no los buscas.
Ahora, utilizando la reconstrucción del genoma, los científicos desvelaron un parásito de peces que alguna vez fue "invisible", presente en muchos peces marinos en todo el mundo y que pertenece a los apicomplejos, uno de los grupos de parásitos más importantes a nivel clínico. Sin embargo, había pasado desapercibido en estudios anteriores.
El parásito está geográfica y taxonómicamente extendido en especies de peces de todo el planeta, con implicaciones para la pesca comercial y las redes alimentarias oceánicas.
Una investigación internacional liderada por científicos de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas, Atmosféricas y de la Tierra de la Universidad de Miami, el Instituto de Biología Evolutiva (IBE), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Pompeu Fabra Universidad (UPF) ha caracterizado un nuevo parásito en el blenio de labios rojos (Ophioblennius atlanticus), un pez que vive en arrecifes tropicales. El equipo internacional también ha revelado su presencia en peces de todo el mundo.
La investigación utilizó un innovador método para reconstruir parte del genoma del parásito a partir de datos de secuenciación obtenidos de su anfitrión, y poder detectar su presencia en otros peces mediante "códigos de barras" genéticos (códigos de barras de ADN).
Se ha descubierto un parásito 'invisible'
A pesar de su presencia en peces de todo el mundo, el parásito no se había caracterizado adecuadamente hasta ahora. Los datos genómicos del estudio revelan que este parásito pertenece a un grupo de organismos no caracterizados previamente y han sido denominados ictiocólidos, del latín "habitante de los peces".
"Aunque ya había sido identificado previamente mediante microscopía, hasta ahora no habíamos podido separar la señal genómica del pez anfitrión y del parásito. Por primera vez hemos podido identificarlo a través de su ADN y situarlo dentro del conocido grupo de parásitos apicomplejos", afirma Javier del Campo, líder del estudio e investigador principal del IBE en el grupo de Ecología y Evolución Microbiana y de la Escuela Rosenstiel de Miami.
Imagen derecha: Los análisis filogenéticos que utilizan esta nueva información genómica ubican consistentemente a estos apicomplejos que infectan a los peces, denominados informalmente ictiocólidos, hermanos de los coralicólidos dentro de Coccidia.
El parásito está presente en peces de todo el mundo
Más allá de permitir describir un grupo completamente nuevo de apicomplejos, la reconstrucción del genoma ha permitido identificar una serie de genes que pueden utilizarse para detectar la presencia de este organismo en otras muestras genómicas o de microbioma como si se tratase de un "código de barras".
"Una vez que encontramos ictiocólidos en el blenio de labios rojos, un pez tropical, nos preguntamos si también formaría parte de la microbiota de otros peces", dice Anthony Bonacolta, candidato a doctorado en biología y ecología marina en la Escuela Rosenstiel y primer autor del estudio.
El equipo comparó el ADN de estos apicomplejos con bases de datos públicas de los microbiomas de cientos de especies de peces marinos y de agua dulce. Los resultados mostraron que estos parásitos aparecen asociados con la mayoría de las especies de peces marinos analizadas y están presentes en todos los océanos. Por lo tanto, sería uno de los parásitos más extendidos entre los peces marinos, con posibles implicaciones para la pesca comercial y las redes alimentarias oceánicas.
"Los estudios futuros podrían ayudarnos a comprender mejor el impacto de parásitos tan frecuentes como los ictiocólidos en los ecosistemas marinos", afirma del Campo.
Imagen derecha: Blenio de labios rojos, una especie marina tropical en la que los investigadores descubrieron los ictiocólidos. Crédito: Philippe Guillaume
Un nuevo miembro de los parásitos apicomplejos
Los ictiocólidos pertenecen a Apicomplexa, un gran grupo de parásitos que incluyen los que causan la malaria y la toxoplasmosis. Sin embargo, estos parásitos no representan un riesgo directo para la salud humana, pero es importante estudiarlos para la salud de los ecosistemas oceánicos y para obtener más contexto sobre la evolución de esos parásitos humanos.
El descubrimiento de los ictiocólidos añade más contexto a esta evolución. Por primera vez, se los sitúa como un grupo hermano de los conocidos habitantes del coral, los coralicólidos, también descritos recientemente como apicomplejos.
"El estudio de los ictiocólidos no sólo revela más sobre la evolución de los principales parásitos, sino también sobre otros rasgos básicos de los apicomplejos que pueden ser importantes en un sentido clínico. Pueden utilizar mecanismos de infección similares (ya que también son un parásito sanguíneo) o tener otra biología similar que puede ayudar a comprender mejor otros apicomplejos", dijo Bonacolta.
La investigación ha sido publicada en Current Biology: A new and widespread group of fish apicomplexan parasites