Han desarrollado claraboyas naturales para impulsar el crecimiento de sus compañeras algas sin abrir sus conchas
Si hablamos de tecnologías que solo utilizan los humanos, se podría pensar que la fibra óptica ocuparía el primer lugar. Sin embargo, aparentemente no es así, ya que los científicos han descubierto que una determinada almeja utiliza su propia "fibra óptica" para obtener alimento.
El berberecho corazón (Corculum cardissa), llamado así por su concha en forma de corazón, es una almeja marina que se encuentra en la región del Indo-Pacífico.
Además del plancton que filtra del agua, el molusco también se alimenta de azúcares producidos por algas que viven en sus tejidos blandos. Las algas producen esos azúcares mediante la fotosíntesis, que requiere luz solar… y normalmente no hay mucha luz solar en el interior de una concha sellada.
Si bien los berberechos podrían dar algo de luz a las algas abriendo periódicamente sus conchas, al hacerlo dejarían sus tiernos interiores vulnerables a los depredadores.
Imagen: Los berberechos corazón (Corculum cardissa y Corculum spp.) son bivalvos fotosimbióticos asimétricos. F) El lado de las conchas de berberechos que mira hacia el sol varía desde una forma aplanada y expandida como un panqueque ("flat"; Corculum cardissa) hasta una forma arqueada en forma de cúpula ("dome"; Corculum cardissa) o una forma de plato en forma de copa ("dish"; Corculum roseum) y combinaciones de estas formas (por ejemplo, "domed dish"; Corculum lorenzi).
En lugar de ello, han desarrollado ventanas translúcidas que adoptan la forma de una serie de pequeñas protuberancias en sus caparazones. En un reciente estudio en el que participaron científicos de las universidades de Duke y Stanford, se examinaron esas ventanas mediante microscopio electrónico y láser.
Se descubrió que debajo de cada ventana, que sirve como lente para enfocar la luz solar, las placas de carbonato de calcio en capas que forman la concha forman haces muy compactos de fibras similares a cabellos. Y mientras que las placas normales corren longitudinalmente a través de la concha, como ladrillos apilados en una pared, las fibras corren perpendiculares a ellas, atravesando el espesor de la concha.
Estas fibras no sólo transportan la luz solar desde la superficie de la concha hasta las algas, sino que también filtran el segmento ultravioleta de esa luz (que podría ser perjudicial para la almeja) mientras dejan pasar la luz azul y roja que las algas necesitan para la fotosíntesis.
Imagen derecha: Las fibras naturales que se encuentran en este trozo de concha de berberecho actúan como fibras ópticas, transmitiendo luz a lo largo de su longitud, de modo que la imagen del objeto colocado debajo se proyecta en el lado opuesto de la concha, como en una pantalla de televisión. Cortesía de Dakota McCoy.
"Juntas, las fibras y las lentes crean un sistema para filtrar las malas longitudes de onda, canalizar las longitudes de onda buenas y enfocarlas de manera que lleguen lo suficientemente lejos dentro de la concha, para que los simbiontes de las algas obtengan el mejor entorno de iluminación posible", dijo el profesor Sönke Johnsen de Duke, quien dirigió el estudio junto con el investigador postdoctoral de Stanford, Dakota McCoy.
Los hallazgos fueron publicados el 19 de noviembre en la revista Nature Communications: Heart cockle shells transmit sunlight to photosymbiotic algae using bundled fiber optic cables and condensing lenses