Su genoma coincide en casi 200 regiones cuando se trata de murciélagos con ecolocalización
Los murciélagos y los delfines pueden vivir en mundos radicalmente diferentes, pero el hecho de que ambos desarrollaron un tipo de sonar significa que genéticamente se parecen entre sí, encuentran ahora los investigadores.
Cuando diferentes especies viven vidas similares pueden evolucionar rasgos similares, un fenómeno conocido como evolución convergente. Por ejemplo, los delfines, los tiburones y los gigantes marinos extintos llamados ictiosaurios todos difieren entre sí en gran medida por su origen - los delfines son mamíferos, los tiburones son peces y los ictiosaurios eran reptiles. Sin embargo, desarrollaron formas muy similares del cuerpo que les ayudaron o ayudan a vivir más rápidamente en el agua - formas aerodinámicas, estabilización de las aletas dorsales y cola en forma de media luna para viajar a grandes velocidades en distancias largas.
Recientemente, los científicos han encontrado indicios de que la evolución convergente ha causado que especies se parezcan entre sí no sólo a nivel físico, sino también genético. Para saber cuán grande era este efecto, los investigadores analizaron los genes en animales que desarrollaron de forma independiente la ecolocalización, o la capacidad de explorar el mundo a través del sonido.
La ecolocalización es un rasgo físico complejo que implica la generación y recepción de impulsos ultrasónicos, así como de la actividad del cerebro para procesar estas señales. Esta versión biológica de sonar evolucionó separadamente en los murciélagos y los delfines, ayudando a estos animales a cazar presas y evitar obstáculos.
Los científicos analizaron más de 2.300 genes en 22 mamíferos. Estos incluyen el delfín mular, cuatro especies de murciélagos con ecolocación, como el falso vampiro mayor y el murciélago bigotudo de Parnell, y dos especies de murciélagos sin ecolocación, el gran zorro volador y el murciélago de la fruta de color pajizo.
Los investigadores descubrieron firmas genéticas consistentes con la convergencia en casi 200 regiones del genoma cuando se trataba de los delfines y los murciélagos con ecolocación. Muchos de estos genes están relacionados con la audición o sordera. Estas similitudes no fueron vistas en los animales que no ecolocalizan.
"No esperamos ver más, probablemente, de 10 a 30 genes convergentes, sobre todo los relacionados con la audición", dijo el investigador Joe Parker, un biólogo evolutivo de la Universidad Queen Mary de Londres. "En cambio, hemos sido capaces de detectar muchas veces ese número".
Inesperadamente, los investigadores también encontraron convergencia en muchos genes relacionados con la visión. Esto tiene sentido, teniendo en cuenta cómo son normalmente de activos los murciélagos y los delfines en condiciones de poca luz.
"La selección natural puede ser una fuerza muy poderosa para dar forma a las secuencias genéticas, y los resultados de ese proceso puede ser muy similares, incluso en organismos no relacionados", dijo Parker.
La investigación futura puede examinar otros rasgos convergentes, tales como tipos especializados de digestión, el comportamiento social" y, aún más tentador, la inteligencia potencialmente avanzada", dijo Parker.
Los científicos detallaron sus hallazgos en línea el 4 de septiembre en la revista Nature: Convergent evolution seen in hundreds of genes