La anémona de mar muestra un paisaje genómico sorprendentemente similar al genoma humano, pero también muestra los mecanismos de regulación similares a las plantas
La anémona de mar es un bicho raro: la mitad es planta y la otra mitad animal, al menos cuando se trata de su código genético, sugiere una reciente investigación.
Los genes de la criatura del mar se parecen más a los de los animales, pero las anémonas de mar son más similares a las plantas en lugar de vertebrados o insectos en su regulación de la expresión génica por ARN reguladora corta llamada micro ARN, según un estudio publicado el martes (18 de marzo) en la revista Genome Research.
Lo que es más, la complicada red de interacciones de genes que se encuentran en una simple anémona marina se asemejan a las ampliamente divergentes de los animales más complejos.
"Ya que la anémona de mar muestra una intrincada configuración de elementos reguladores de genes similares a la mosca de la fruta u otros modelos animales, creemos que este principio de la compleja regulación de genes ya estaba presente en el ancestro común de humanos, moscas y anémonas de mar que ya tiene unos 600 millones de años, dijo en un comunicado Michaela Schwaiger, investigadora de la Universidad de Viena.
Un plan no tan sencillo
El tamaño del genoma de un organismo no se corresponde con lo simple o complejo que es el cuerpo de la criatura, por lo que algunos científicos defienden la hipótesis de que los vínculos más complejos y redes entre los genes están hechos para planes corporales más sofisticados.
Schwaiger y sus colegas en la Universidad de Viena analizaron el genoma de la anémona de mar, no sólo para identificar los genes que codifican proteínas, su objetivo también era evaluar fragmentos de código conocidos como promotores y potenciadores, todos los que ayudan a subir o bajar el tamaño de la expresión génica.
El equipo encontró que la anémona de mar simplemente oculta en su anatomía una complicada red de interacciones de genes, similares a los encontrados en los animales superiores como la mosca de la fruta y los seres humanos. Esto desmiente la idea de que las redes más complejas de genes siempre se correlacionan con los planes corporales más elaborados y sugiere que la evolución de este nivel de regulación génica sucedió antes que divergieran las anémonas de mar, moscas de la fruta y los seres humanos, hace unos 600 millones de años.
Parte de planta
Por otro lado el equipo encontró que la anémona de mar tenía un segundo nivel de regulación que se asemeja mucho al que se encuentra en las plantas. Los genes se transcriben o son copiados por un ARN, que utilizan como una receta para construir las proteínas. Pero diminutos fragmentos de material genético llamados micro ARNs (miARN o miRNA por sus siglas en inglés), que se unen a las copias de ARN, pueden detener el paso al ensamblaje de la proteína.
Aunque las plantas y los animales tienen micro ARNs se ven y actúan de manera muy diferente, por lo que los investigadores habían asumido que se producían con independencia de los dos reinos. Schwaiger y sus colegas encontraron que los micro ARNs en la anémona de mar tienen similitudes con los encontrados en plantas y animales.
Eso sugiere que los micro ARNs probablemente evolucionaron antes que se separasen las plantas y los animales hace mucho tiempo, y proporciona un vínculo evolutivo entre el micro ARN de plantas y animales.
Estudios:
Evolutionary conservation of the eumetazoan gene regulatory landscape
Cnidarian microRNAs frequently regulate their targets by cleavage