Los cangrejos hembra se comen a sus propios hijos solamente cuando tienen hambre
Para muchos invertebrados del océano la primera etapa de la vida se produce como pequeñas larvas en el plancton. La dureza de la vida de las larvas planctónicas ha causado que muchos científicos lo miren de manera poética, como tendemos a hacer con los temas de los invertebrados.
Como señaló Emery en 1973, estas larvas se enfrentan a un "muro de bocas" listo para consumirlas. Más recientemente Miller y Morgan (2014) afirman que las larvas navegan en una "supervivencia de depredadores planctónicos".
Una gran cantidad de adaptaciones tanto de las larvas como de los adultos tratan de cambiar las reglas de este juego de depredación. Algunas larvas tienen sustancias químicas que las hacen desagradables. Otras poseen espinas con que defenderse de los depredadores. Algunas larvas son capaces de hundirse o huir ante la presencia de una boca hambrienta. Los adultos hacen su parte mediante la sincronización de la liberación de las larvas durante las épocas de menor depredación o moviéndose para liberar las larvas a nuevas áreas con menos depredadores.
Pero a veces las bocas hambrientas que las larvas necesitan evitar son sus propios padres y familiares.
Muchos invertebrados marinos de alimentación en suspensión comen básicamente plancton del océano. Pero ¿qué debería hacer un buen padre cuando sus propios hijos se mezclan en el plato de la comida?
Los cangrejos de orilla amarillos y cangrejos verdes europeos reducen su alimentación poco después de desovar. Nótese que digo reducir y no detener. Un padre de familia con hambre todavía necesita comer.
En el estudio de Miller y Morgan los cangrejos hembra que cargan por un algún tiempo con los huevos, es decir ovígeras, comieron sólo el 25-30% de sus propias larvas. Las no ovígeras (con desove externo) elevaron su consumo en alrededor del 90% de las larvas. Sin embargo, un año después en 2007, hubo poca diferencia entre hembras ovígeras y no ovígeras en el canibalismo de sus propias larvas. Los autores plantearon la hipótesis y luego probaron la idea de que las hembras más hambrientas consumirían más de sus propias larvas. En veintidós días de ayuno ¡se incrementó el canibalismo de larvas en un 30%!
Así que, en resumen, las larvas están bien sólo si los padres no tienen demasiada hambre.
Referencias:
Miller, S., & Morgan, S. (2014). Temporal variation in cannibalistic infanticide by the shore crab: implications for reproductive success Marine Ecology DOI: 10.1111/maec.12172
Emery A.R. (1973) Comparative ecology and functional osteology of fourteen species of damselfish (Pisces: Pomacentridae) at Alligator Reef, Florida Keys. Bulletin of Marine Science, 23, 649–770.