Han crecido más que sus antecesores y se aparean de maneras muy diferentes que sus parientes más cercanos
Investigadores de la Institución Scripps de Oceanografía han informado en un nuevo estudio de un raro y recién descubierto tipo de gusano marino que vive en los huesos de animales muertos y cuenta con machos que han crecido significativamente más grandes que sus predecesores.
Según el editor de ciencia del San Francisco Chronicle, David Perlman, los autores del nuevo estudio detallan en la revista Current Biology que los gusanos han invertido su propio curso de la evolución como ninguna otra criatura antes. No sólo han crecido más que sus antecesores, se aparean de maneras muy diferentes que sus parientes más cercanos.
Los gusanos fueron descubiertos inicialmente sobre los restos de una foca ahogada en el fondo de la bahía de Monterrey, a unos 3.000 pies bajo la superficie, por el biólogo marino Greg Rouse durante expediciones por encima de una milla de profundidad en el Monterey Canyon y en la costa de Oregon. La especie, que ha sido nombrada Osedax priapus, es la segunda especie descubierta conocida de gusanos Osedax que comen huesos (la primera fue en 2002).
El biólogo evolutivo Robert Vrijenhoek del Monterey Bay Aquarium Research Institute (MBARI), quien fue capitán del buque de investigación utilizado por Rouse durante el nuevo descubrimiento, también fue responsable del anterior hallazgo. En aquel momento indicó que las criaturas no tenían boca, estómago, patas ni ojos. Sin embargo, el cuerpo de cada una de las hembras portaba encima cientos de machos que eran tan pequeños que se asemejaban a larvas y vivían en pequeños fragmentos de los huevos de la hembra.
Rouse dijo a Perlman que los nuevos gusanos, que fueron nombrados en honor del dios mitológico de la fertilidad (Príapo), eran una "rareza evolutiva diferente a cualquier otra en el reino animal". Los machos son ahora tan grandes como las hembras y decenas de miles de veces más grandes que en otras especies, explicó y, en vez de sobrevivir en trozos dentro del sexo opuesto de la especie, fueron presenciados devorando los mismos huesos podridos como las hembras.
"Este gusano era lo suficientemente raro tal como era y ahora es aún más extraño", dijo Rouse según el sitio web Sci-News.com. "Esto nos muestra que siguen existiendo misterios en el mar y todavía hay mucho más por descubrir, sobre todo porque sólo encontramos estas criaturas hace 12 años".
También se ha encontrado que el proceso de apareamiento del Osedax priapus es muy diferente a sus predecesores. Mientras que el tipo anterior de machos Osedax están unidos permanentemente a sus anfitriones femeninos, las nuevas especies tienen que buscar una compañera. Para tener en cuenta esto, los machos han evolucionado para tener un cuerpo extremadamente extensible que les permite llegar lejos (hasta diez veces de su estado contraído) para encontrar compañeras de apareamiento femeninas, explicó el Dr. Rouse.
Luis Georg de Perfect Science señaló que los nuevos gusanos fueron encontrados en gran medida en la misma área de la Bahía de Monterey en que se había encontrado la especie anterior hace 12 años. Son miembros de los Siboglinidae, una familia de gusanos que son también conocidos como gusanos barbudos y que viven en lugares inesperados, como los calientes y ácidos respiraderos hidrotermales marinos.
Sin embargo, Vrijenhoek le dijo a Perlman que esta nueva especie "es excepcional porque los genes para la producción de los machos adultos de gran tamaño deberían haberse deteriorado con el tiempo debido a que no fueron utilizados por los machos enanos. Pero, al parecer, los genes están todavía allí. Y aunque los machos enanos microscópicos no competían con las hembras por los alimentos, en esta especie mucho más grande ellos lo hacen".
"Así que nuestra hipótesis es que aquí hay potencialmente un nuevo conflicto sexual, y la capacidad de los machos para estirarse a sí mismos como bandas de goma para buscar a las hembras sugiere que han reinventado el apareamiento", añadió. "Es un retroceso a una anterior especie ancestral de hace más de 40 millones de años. Seguimos recogiendo más especies para ver lo que sus genes nos están diciendo".
Artículo científico: A Dwarf Male Reversal in Bone-Eating Worms