Diminutas estructuras llamadas 'sensillas' incrustadas en las escamas otorgan a los animales un sentido hidrodinámico
Cuando las serpientes marinas se trasladaron a su nuevo hábitat desde la tierra al agua hace unos 10 millones de años, desarrollaron un de órgano escamoso en su cabeza que les permite "ver" bajo el agua, sugiere una reciente investigación.
Un equipo de investigadores de Australia y Sudáfrica utilizaron imágenes de microscopio y pruebas genómicas para trazar la evolución de las serpientes marinas. Sus hallazgos, publicados en Open Biology, insinúan que el órgano pudo haberse desarrollado a partir de un sensor táctil mientras las serpientes vivían en tierra a un sensor de vibración subacuático cuando las serpientes se aventuraron en el mar.
Los sensores, conocidos como escamas sensilla, son órganos sensibles que sobresalen de las escamas en la cabeza de una serpiente. En serpientes totalmente acuáticas, que divergieron de las de tierra hace entre nueve y 20 millones de años, estos órganos en la cabeza facilitan el conocimiento de los movimientos del agua, pero la extensión de su conocimiento no se entiende bien.
Resulta que las serpientes totalmente acuáticas tienen las sensillas más grandes que sus primas semi-acuáticas que viven en tierra. Y las serpientes que habitan en el agua tienen más sensillas en forma de cúpula, "haciéndo potencialmente más probable que sean capaces de sentir las vibraciones de todas las direcciones", explica la autora principal Jenna Crowe-Riddell de la Universidad de Adelaide en Australia.
"También encontramos que las ecamas sensilla en algunas de las serpientes acuáticas están totalmente cubiertas en una proporción mucho mayor de la superficie de las escamas".
Crowe-Riddell y sus colegas combinaron secuenciación de ADN con imágenes microscópicas de las serpientes marinas (Hydrophis schistosus). Para identificar la forma y el tamaño de los órganos de los sentidos, utilizando un equipo de software específicamente diseñado para detectar las sensillas a partir de moldes de silicona de las cabezas de las serpientes.
Debajo del agua, incluso el más mínimo movimiento crea una vibración, lo que llevó a los investigadores a creer que estas sensillas contribuyen significativamente a la conciencia de las serpientes de su entorno.
A continuación, dice la co-autora Kate Sanders, también de la Unversidad de Adelaida, el equipo debe investigar lo que pueden percibir exactamente.
"Si son órganos de los sentidos táctiles hidrodinámicos, como sospechamos, a continuación y comparándolos con las escamas sensilla de las serpientes terrestres estrechamente relacionadas, podemos empezar a entender cómo ha cambiado la evolución de estos órganos de sensores táctiles hasta distanciarse a sensores de vibración que funcionan bajo el agua".
Este conocimiento podría ayudar a ilustrar cómo existen las serpientes marinas en su entorno bajo el agua, y contribuir a una mayor comprensión de la biología de los reptiles.
Artículo científico: The evolution of scale sensilla in the transition from land to sea in elapid snakes