Entre 93 especies de ostrácodos, las especies con las mayores diferencias sexuales también eran las más probables de extinguirse
Un nuevo y sorprendente estudio sugiere que cuanto mayor es la diferencia entre los sexos, mayores son las probabilidades de que su especie se dirija a la extinción.
El dimorfismo sexual es la condición donde los dos sexos de la misma especie exhiben características diferentes más allá de las diferencias en sus órganos sexuales.
Por ejemplo, muchas especies de aves muestran al menos algún dimorfismo en el color, con la hembra crípticamente coloreada para permanecer oculta en el nido, mientras que el más colorido macho usa su llamativo plumaje en exhibiciones de cortejo y comportamientos territoriales. En algunas especies, también existe un desajuste de tamaño entre los sexos.
Por ejemplo, para la mayoría de los mamíferos, el macho es más grande que la hembra, pero para otros animales, como algunas arañas, la hembra es más grande que el macho. El Homo sapiens tiene un bajo nivel de dimorfismo sexual en comparación con muchas otras especies, y la similitud en los tamaños de los seres humanos masculinos y femeninos es un buen ejemplo de cómo la naturaleza a menudo no hace divisiones claras.
En primer lugar existen varias razones por las cuales se produce el dimorfismo sexual, que es el producto de la evolución por selección natural. Por ejemplo, la brillante coloración de un pájaro macho le indica a la hembra que está en forma, saludable y es una buena opción para engendrar a sus polluelos. Para los ciervos, el arma sexualmente dimórfica de un macho, su cornamenta, se usa para luchar entre sí y establecer derechos de cría. Los insectos hembra suelen ser más grandes que los machos, para poder poner más huevos.
El éxito reproductivo de un organismo a menudo es más importante que su supervivencia a largo plazo, por lo que los científicos siempre han debatido si el dimorfismo sexual es realmente bueno o malo, como un todo, para una especie. El brillante plumaje, ampuloso de un pavo real, por ejemplo, puede atraer a un compañero digno, pero también a un depredador.
Investigadores de la Smithsonian Institution compararon pequeños crustáceos llamados ostrácodos, que vivieron a lo largo del Cretácico superior, hace 66 a 84 millones de años. El equipo encontró que entre las 93 especies de ostrácodos, las especies con las mayores diferencias sexuales también eran las más probables de extinguirse, hasta diez veces más que las especies con dimorfismo sexual menos pronunciado.
Aún no está claro si estos resultados se aplican generalmente en ese sentido a otras especies o géneros, pero podría ser cierto. Estudios previos en aves y mamíferos encontraron resultados similares, concluyendo que la selección sexual aumenta el riesgo de extinción. Lo que es más, el patrón general parece ser el mismo: el macho de muchas especies invierte considerables recursos para atraer o competir por la pareja.
Los resultados son importantes para el conservacionismo. Si el dimorfismo sexual es realmente un significativo factor de riesgo, entonces debemos tenerlo en cuenta cuando planeemos condiciones cambiantes.
En el futuro, los investigadores planean estudiar el dimorfismo sexual en ostrácodos en el próximo intervalo geológico, el Paleoceno. El presente estudio termina justo antes del evento de extinción que aniquiló a los dinosaurios, y los autores están interesados en saber si la extinción provocó algún cambio en el dimorfismo.
Los hallazgos aparecieron en la revista Nature: High male sexual investment as a driver of extinction in fossil ostracods