Estudio arroja luz sobre el papel que juegan los caballitos de mar machos en la alimentación de sus bebés
El embarazo masculino puede parecer la trama de una comedia de Schwarzenegger de los 90, pero en realidad sucede, y es más famoso entre los caballitos de mar. Y, al igual que en los embarazos humanos, importa lo que coma el futuro padre. Pero también importa cuándo comen los futuros caballitos de mar padres.
La suposición predominante entre los científicos era que los caballitos de mar machos, a pesar de llevar a sus crías, no tenían muchos intercambios biológicos con sus bebés, dice Alireza Fazeli, bióloga reproductiva de la Universidad de Tartu en Estonia y veterinaria de formación. Pero después de estudiar los caballitos de mar de hocico largo (Hippocampus reidi), descubrió que estos padres desempeñan un papel fundamental en la alimentación de sus bebés para que sobrevivan.
Al igual que con otros caballitos de mar, las hembras de caballitos de mar de hocico largo transfieren sus huevos a los machos, que luego los fertilizan y los llevan a término en una bolsa. La mamá ha proporcionado nutrientes a sus crías a través de las yemas de sus huevos, mientras que el torrente sanguíneo de papá proporciona oxígeno y nutrientes adicionales.
Pero, ¿cuánto importan realmente esos nutrientes de papá?
Para averiguarlo, Fazeli y sus colegas llevaron a cabo un experimento que modificó la cantidad de ácidos grasos esenciales que cada futuro padre recibía en su dieta. Los ácidos grasos, como los omega-3 que a menudo se promocionan como alimento para el cerebro, son vitales para el desarrollo del embrión de caballitos de mar, dice Fazeli, como lo son para todos los animales en desarrollo.
Los investigadores alimentaron a los futuros papás con una dieta deficiente en ácidos grasos en varios momentos: antes de la concepción, en las primeras etapas del embarazo, durante todo el embarazo y en las últimas etapas del embarazo.
Los papás que consumieron una dieta pobre en ácidos grasos antes de quedar embarazados engendraron bebés más pequeños que el promedio. Curiosamente, los bebés de padres que recibieron una dieta deficiente en ácidos grasos en una etapa tardía del embarazo mostraron un efecto diferente: hocicos más largos y más delgados de lo normal.
Ingrid Ahnesjö, bióloga de la Universidad de Uppsala en Suecia que no participó en la investigación, dice que es importante la forma del hocico de un caballito de mar. Los caballitos de mar comen nadando debajo de sus presas, apuntando su hocico en el ángulo correcto y sorbiendo. "Se alimentan como una pipeta", dice Ahnesjö. Los hocicos más anchos pueden engullir presas más grandes, mientras que la longitud mejora la precisión. Dado que los bebés se las arreglan por sí mismos tan pronto como nacen, la forma de su hocico es fundamental para la supervivencia.
Aún no está del todo claro por qué el momento de la ingesta de ácidos grasos resulta tan crítico para el desarrollo de la forma del hocico de un bebé o para su tamaño general. Esas son preguntas que Fazeli está explorando ahora que ha demostrado lo importante que es realmente el regalo de nutrientes de papá para el bebé.
Aún no se sabe si los papás caballitos de mar también anhelan los pepinillos cuando están embarazados.
La investigación se publicó en el Journal of Experimental Biology: Time-critical influences of gestational diet in a seahorse model of male pregnancy
