Un esqueleto fosilizado de delfín ha permitido reconstruir la causa de su muerte
El primer ataque del tiburón fue lanzado desde abajo, apresando al delfín con sus fuertes mandíbulas
Las evidencias fósiles de ataques de depredadores son muy escasas y difíciles de interpretar, pero los investigadores, de la Universidad de Pisa, Italia, Giovanni Bianucci, Bárbara Sorce, Tiziano Storai y Walter Landini, realizaron un cuidadoso análisis, comparable en algunos aspectos a los efectuados por los forenses durante las investigciones sobre un asesinato, de las marcas de mordeduras en un bien conservado esqueleto de delfín, y lograron determinar la probable identidad del asesino: un tiburón de 4 metros (se pensó por los naturalistas que originalmente lo examinaron que fue un gran tiburón blanco), y el equipo de investigadores analizó de nuevo a estos huesos para ver si pudieran reconstruir lo que había pasado con al delfín.