El fósil, de unos 5 millones de años, representó una nueva especie
Este es uno de los casos en paleontología donde el presente es la llave del pasado
En el 1993, Christian de Muizon describió un fósil de delfínido (el grupo de ballenas que incluye a los delfines) que representa uno de los mejores ejemplos de convergencia (en biología y paleobiología, se utiliza este término para referirse a instancias donde dos (o más) organismos, de grupos no relacionados, poseen rasgos morfológicos similares los cuales sirven un mismo propósito).El fósil consistía en parte de un cráneo (a la derecha) colectado en el sur de Perú. Los sedimentos donde se encontró el fósil son parte de una secuencia de rocas sedimentarias conocida como la Formación Pisco, de edad Pliocénico Temprano (5.3-3.6 millones de años). El fósil no solo representaba una nueva especie, sino también un nuevo grupo de delfínidos al cual llamó Odobenocetopsidae.
El primer espécimen descrito lo llamaron Odobenocetops peruvianus Muizon, 1993 (imagen de ). Los rasgos morfológicos más distintivos de esta especie consisten en tener el rostro corto (el área frente a los ojos), procesos alveolares de la premaxilla (los espacios para los dientes) agrandados y orientados hacia abajo; los procesos alveolares era donde tenían unos colmillos también agrandados. La premaxilla también tiene varios forámenes y áreas de inserción de músculos bien marcadas que indican la presencia de labios grandes y quizás hasta bigotes. Otras características del cráneo incluye tener las órbitas de los ojos posicionadas dorsalmente y un paladar profundo. Estas características que tanto distinguen a los odobenocetópsidos son reminiscentes a las morsas más que a otros delfinoideos.
Otra especie adicional fue descrita unos años más tarde (Muizon et al., 1999). Odobenocetops leptodon también fue encontrado en la Formación Pisco, sin embargo, proviene de un horizonte alrededor de un millón de años más joven que donde se encontró O. peruvianus.
Algunas de las características que distinguen a esta nueva especie es un rostro más grande y redondeado, mayor tamaño del paladar y la presencia de fosas (depresiones) para los sacos premaxilares. La ocurrencia de esta última estructura que menciono, se correlaciona con la presencia del órgano del melón (Mead, 1975), la cual es una estructura utilizada para ecolocalización.
El Odobenocetops peruvianus aparentemente carecía de esta estructura ya que le faltan las fosas para los sacos premaxilares, sin embargo, la posición de las órbitas y la forma de los procesos supraorbitales le permitía tener visión binocular; en el Odobenocetops leptodon los procesos supraorbitales eran distintos y sus orbitas estaban posicionadas más hacia el lado, careciendo de visión binocular, pero al menos auxiliado por la presencia del órgano del melón y la capacidad de hacer ecolocalización. Así que al parecer, O. peruvianus dependía de la visión para localizar su alimento, mientras que O. leptodon probablemente dependía mayormente de ecolocalización (como es el caso de muchos otros delfinoideos).
Los odobenocetópsidos están relacionados al único otro grupo de cetáceos que tienen colmillos agrandados, los narvales. Estos también tienen un colmillo agrandado (y en ocasiones los dos), pero estos están orientados hacia adelante. En los odobenocetópsidos la función de estos colmillos parece haber sido social ya que presentan dimorfismo sexual; los machos poseen un colmillo (el de la derecha) más agrandado que el otro (algunos hasta midiendo más de un metro), mientras que en las hembras ambos eran más pequeños y similares en tamaño.
¿Que pudo llevar a un delfínido a parecer una morsa?
El parecido de los odobenocetópsidos a las morsas (convergencia) llevó a los paleontólogos que los han estudiado a inferir que su modo de alimentación era muy similar. O sea, que posiblemente, al igual que las morsas, los odobenocetópsidos se alimentaban de bivalvos bentónicos (que viven en el suelo marino), localizándolos con asistencia de los bigotes, aguantando el bivalvo con los labios y utilizando la lengua como un pistón, creando un vacío dentro de la cavidad bucal para lograr succionar el organismo fuera de su concha.
La distribución geográfica de las morsas, tanto vivas como las fósiles, está limitada al hemisferio norte. Asumiendo que las especies extintas de morsas tenían las mismas preferencias alimenticias que la especie moderna (y al parecer así era) y al tener una distribución limitada, ese espacio ecológico, ocupado por las morsas en el hemisferio norte, estuvo “vacío” en el sur. Es así que posiblemente surgió este caso de convergencia, donde un delfinoideo termina pareciendo una morsa, ocupando ese espacio ecológico y utilizando los recursos disponibles.
Este es uno de los casos en paleontología donde el presente es la llave del pasado. Si no conocieramos las morsas habría sido muy difícil interpretar la funcionalidad morfológica de estos extraños delfinoideos.
Leido en: Caribbean paleobiology por J. Velez-Juarbe
Crédito: Reconstrucción de Odobenocetops ilustración de Mary Parrish (National Museum of Natural History, Washingon, DC)