Respuestas adaptativas de los depredadores y presas en el Cámbrico
Un estudio dirigido por investigadores del Museo Americano de Historia Natural presenta el ejemplo más antiguo conocido en el registro fósil de una carrera armamentista evolutiva.
Estas interacciones depredador-presa de 517 millones de años ocurrieron en el océano que cubre lo que hoy es el sur de Australia, entre un pequeño animal con concha, distantemente relacionado con los braquiópodos, y un animal marino desconocido capaz de perforar su concha.
Descrito en la revista Current Biology, el estudio proporciona el primer registro demostrable de una carrera armamentista evolutiva en el Cámbrico.
"Las interacciones depredador-presa se consideran a menudo un importante impulsor de la explosión cámbrica, especialmente con respecto al rápido aumento de la diversidad y abundancia de organismos biomineralizantes en ese momento. Sin embargo, ha habido una escasez de evidencia empírica que demuestre que las presas respondieron directamente a la depredación, y viceversa", dijo Russell Bicknell, investigador postdoctoral en la División de Paleontología del Museo y autor principal del estudio.
Una carrera armamentista evolutiva es un proceso en el que los depredadores y las presas se adaptan y evolucionan continuamente en respuesta a los demás. Esta dinámica suele describirse como una carrera armamentista porque las habilidades mejoradas de una especie hacen que la otra especie mejore sus habilidades en respuesta a ellas.
Bicknell y sus colegas de la Universidad de Nueva Inglaterra y la Universidad Macquarie, ambas en Australia, estudiaron una gran muestra de conchas fosilizadas de una especie de tommotiid del Cámbrico temprano, Lapworthella fasciculata, del sur de Australia.
Imagen: Bunkers Graben, en la cordillera Flinders, en el sur de Australia, donde se descubrieron las conchas fósiles. Crédito: John Paterson
Más de 200 de estos ejemplares extremadamente pequeños, cuyo tamaño varía desde apenas más grandes que un grano de arena hasta apenas más pequeños que una semilla de manzana, tienen agujeros que probablemente fueron hechos por un depredador perforador, muy probablemente un tipo de molusco o gusano de cuerpo blando.
Los investigadores analizaron estos especímenes en relación con sus edades geológicas, encontrando un aumento en el espesor de las paredes de las conchas que coincide con un aumento en el número de conchas perforadas en un corto período de tiempo.
Esto sugiere que se estaba desarrollando una carrera armamentista microevolutiva, en la que L. fasciculata encontró una forma de fortalecer su caparazón contra la depredación y el depredador, a su vez, invirtió en la capacidad de perforar a su presa a pesar de su armadura cada vez más voluminosa.
"Este registro evolutivo de importancia crítica demuestra, por primera vez, que la depredación jugó un papel fundamental en la proliferación de los primeros ecosistemas animales y muestra la rápida velocidad a la que surgieron tales modificaciones fenotípicas durante el evento de la Explosión Cámbrica", dice Bicknell.
El estudio se ha publicado en la revista Current Biology: Adaptive responses in Cambrian predator and prey highlight the arms race during the rise of animals