Wadisuchus kassabi vivió hace unos 80 millones de años
En el desierto occidental egipcio, donde areniscas rojas y pizarras verdes se elevan sobre las áridas llanuras del oasis de Kharga, los paleontólogos han descubierto un fósil que cambia fundamentalmente nuestra comprensión de la evolución de los cocodrilos.
El nuevo descubrimiento fue dirigido por un equipo de paleontólogos egipcios y la especie recientemente descrita, Wadisuchus kassabi, vivió hace unos 80 millones de años y ahora se reconoce como el miembro más antiguo conocido de Dyrosauridae, un grupo de antiguos cocodrilos que se diferenciaban marcadamente de sus parientes modernos.
A diferencia de los actuales cocodrilos, los dirosáuridos prosperaron en ambientes costeros y marinos, equipados con hocicos alargados y dientes delgados y afilados como agujas, ideales para atrapar presas resbaladizas como peces y tortugas. Su notable supervivencia y dispersión después de la extinción de los dinosaurios los hacen cruciales para comprender cómo se adaptaron y se diversificaron estos reptiles cuando colapsaron los ecosistemas globales.
El nombre Wadisuchus kassabi fusiona el paisaje y el legado de Egipto: Wadi ("وادي", en árabe, "valle") por el Valle Nuevo, donde fue descubierto, y Suchus por el antiguo dios cocodrilo Sobek. La especie también rinde homenaje al profesor Ahmed Kassab (Universidad de Assiut), cuyo trabajo en paleontología egipcia sigue inspirando a las nuevas generaciones.
Vídeo: Modelo digital 3D del cráneo compuesto de Wadisuchus (MUVP 180, MUVP 635, MUVP 636, MUVP 637), generado mediante tomografía computarizada y reconstrucción de superficie 3D. Crédito: Belal Salem y Joseph Georanke, con datos cortesía del Centro de Paleontología de Vertebrados de la Universidad de Mansoura (MUVP).
"Los fósiles de Wadisuchus kassabi fueron excavados cerca de los oasis de Kharga y Baris, en el desierto occidental de Egipto. Incluyen dos cráneos parciales y dos puntas de hocico que representan a cuatro individuos en diferentes etapas de crecimiento, lo que proporciona una perspectiva excepcional sobre el desarrollo de los dirosáuridos, afirmó el profesor Hesham Sallam, paleontólogo egipcio de vertebrados de la Universidad de Mansoura y autor principal del estudio".
Sallam agregó: "Las tomografías computarizadas de alta resolución y los modelos de superficie 3D nos permitieron revelar detalles anatómicos sin precedentes".
Sara Saber, profesora adjunta en la Universidad de Assiut, miembro del equipo del Laboratorio Sallam en el MUVP y autora principal del estudio, dijo: "Wadisuchus kassabi era un reptil parecido a un cocodrilo de 3,5 a 4 metros de largo con un hocico muy largo y altos y afilados dientes".
"Se diferenciaba de otros dirosáuridos por tener cuatro dientes en la parte delantera del hocico en lugar de los cinco primitivos, fosas nasales situadas en la parte superior del hocico para respirar en la superficie y una profunda muesca en la punta del hocico donde se unían las mandíbulas. Estas características muestran una adaptación gradual en la mordedura de los dirosáuridos, marcando un paso importante en su historia evolutiva".
Imagen: Sara Saber, profesora adjunta en la Universidad de Assiut, miembro del equipo del Laboratorio Sallam en el MUVP y autora principal del estudio.
Saber agregó: "Más allá de las características distintivas de Wadisuchus, juega un papel crucial en la comprensión del origen del grupo de los dirosáuridos. La nueva especie confirma la evidencia de un origen africano de los Dyrosauridae y sugiere que su diversificación comenzó antes de lo que se creía, posiblemente durante el Coniaciense-Santoniense temprano (hace unos 87-83 millones de años), en lugar del Maastrichtiano tradicionalmente asumido (hace unos 72-66 millones de años)".
Belal Salem, estudiante de doctorado en la Universidad de Ohio, miembro del Laboratorio Sallam, curador de reptiles y aves fósiles en el MUVP y miembro del cuerpo docente de la Universidad Benha, dijo: "Este descubrimiento indica que África fue la cuna de la evolución de los dirosáuridos, desde donde se extendieron linajes posteriores por todo el mundo y nuestros análisis filogenéticos ubican consistentemente a Wadisuchus como un ancestro del grupo de los dirosáuridos".
Salem continuó: "La importancia de Wadisuchus no solo reside en lo que revela sobre la historia evolutiva de este notable grupo de cocodrilos (aunque es un logro importante), sino también en lo que nos recuerda: el desierto occidental de Egipto aún alberga tesoros que preservan los secretos del pasado profundo de nuestro planeta".
"Nuestra misión no es solo descubrir estos fósiles, sino también proteger estos yacimientos ricos en fósiles de la expansión urbana y la invasión agrícola. Son un legado para las futuras generaciones de egipcios".
Los hallazgos se han publicado en el Zoological Journal of the Linnean Society: An early dyrosaurid (Wadisuchus kassabi gen. et sp. nov.) from the Campanian of Egypt sheds light on the origin and biogeography of Dyrosauridae












