Nuevo análisis del hallazgo sugiere que en realidad fueron una vez vida biológica
En 1982 el científico de UCLA J. William Schopf recolectó muestras del Apex Chert en Australia Occidental, un raro afloramiento que no ha cambiado mucho desde que se formó hace 3.500 millones de años, solo mil millones de años después de la formación del sistema solar.
En 1993, Schopf describió lo que creía que eran microfósiles en la roca; los fósiles más antiguos conocidos jamás descubiertos. Pero, en ese momento, no todos estaban convencidos del hallazgo. Como informa George Dvorsky en Gizmodo, se realizaron más análisis en 2002, pero aún no son suficientes para satisfacer a los críticos que creen que los "microbios" son solo minerales. Ahora, un nuevo análisis detallado de los fósiles sospechados parece confirmar que son realmente reales, aunque todavía quedan escépticos.
Los investigadores reexaminaron los especímenes utilizando tecnología de vanguardia en la Universidad de Wisconsin, Madison, para medir la proporción de isótopos de carbono que se conservan dentro, comparando las firmas con la roca circundante. El carbono se da en diferentes formas, o isótopos, y la vida deja una firma particular en la relación de estos diferentes tipos de carbono, a saber, carbono-12 y carbono-13.
Al comparar sus mediciones con una sección de roca libre de fósiles, los investigadores encontraron características de vida biológica en las proporciones C-13/C-12 de los diminutos fósiles. El equipo también pudo extraer aún más información de la medición sobre el modo de vida de estas pequeñas formas de vida. Las 11 muestras estudiadas pertenecían a cinco especies diferentes e incluían fotosintetizadores que producen energía del sol, un productor de metano Archaeal y dos consumidores de metano (proteobacteria gamma). Describieron su hallazgo esta semana en un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
El hallazgo tiene importancia para la búsqueda de vida extraterrestre. "Hace 3.465 millones de años, la vida ya era diversa en la Tierra; eso está claro: fotosintetizadores primitivos, productores de metano, usuarios de metano", dice Schopf en un comunicado de prensacomunicado de prensa de UCLA. "Esto nos dice que la vida tuvo que haber empezado mucho antes y confirma que no fue difícil para la vida primitiva formarse y evolucionar hacia microorganismos más avanzados... Pero, si las condiciones son las adecuadas, parece que la vida debería extenderse en el universo".
Encontrar los fósiles más antiguos en la Tierra se ha convertido en una especie de carrera, y no todos están convencidos por los fósiles de Schopf. Como le dice a Dvorsky, Dominic Papineau, del University College London, el equipo ha hecho un buen trabajo. Pero él disputa la afirmación de que las muestras son los fósiles más antiguos; él cree que, de hecho, encontró fósiles de 3.95 mil millones de años en Labrador a principios de este año. Otro equipo afirma haber encontrado microbios de 3.77 mil millones de años en Groenlandia.
David Wacey, investigador de la Universidad de Western Australia que encontró lo que se cree que es un fósil de 3.400 millones de años, también en Australia, afirma que el nuevo trabajo tiene muchos defectos. Él dice que los investigadores sobreinterpretaron sus datos y que hay evidencia previa de que este tipo de espectroscopia no tiene la resolución espacial para analizar adecuadamente el carbono. También señala que el material también fue revisado por un estudiante y antiguo colaborador de Schopf, que no es un procedimiento estándar.
Es probable que el escrutinio continúe por estos fósiles. Birger Rasmussen, un geobiólogo de la Universidad de Curtin en Perth, Australia, que no está involucrado en el estudio, le dice a Elizabeth Pennisi en Science que espera que el trabajo continúe. "Vale la pena hacer esto bien, dado que estamos viendo algunas de las huellas de vida más antiguas posibles", dice. "Perfeccionar nuestras habilidades para reconocer las biofirmas antiguas en la Tierra es importante cuando miramos a Marte y más allá".
En, 2015, Schopf formó parte de un equipo internacional de científicos que describió en PNAS su descubrimiento de la mayor ausencia de evolución jamás reportada, un tipo de microorganismo de aguas profundas que parece no haber evolucionado durante más de 2 mil millones de años.
No está claro si las afirmaciones de una vida tan temprana se mantendrán a largo plazo, pero cada paso que los investigadores tomen para comprender mejor las condiciones en las que evoluciona la vida y los entornos extremos en los que puede prosperar es otro paso para responder la pregunta: ¿Estamos solos en el universo?
Artículo científico: SIMS analyses of the oldest known assemblage of microfossils document their taxon-correlated carbon isotope compositions