Llamado Kerygmachela kierkegaardi, atacaba a sus presas con dos apéndices espinosos
Los cerebros de un antiguo depredador de medio billón de años fueron descubiertos preservados en 15 fósiles hallados en Groenlandia. Su existencia está ayudando a los investigadores a entender cómo evolucionaron los cerebros en los órganos complejos que son hoy en día.
Con el paso de los años, otros fósiles con tejido nervioso preservado se han desprendido de rocas golpeadas por el clima, pero esta es la primera vez que los investigadores descubren que los restos de un antiguo depredador marino llamado Kerygmachela kierkegaardi no han sido destruidos por la exposición a los elementos.
Los cerebros fosilizados son algunos de los más antiguos registrados, pero eso no es lo que los distingue. Más bien es su estructura sorprendentemente simple que arroja luz sobre cómo ha evolucionado el órgano durante millones de años.
Con solo 0.3 metros (1 pie) de longitud máxima, la criatura acuática de espeluznante aspecto usó 11 pares de arrugadas aletas para nadar por las aguas, atacando a su presa con dos apéndices espinosos. Habitando los océanos durante la Explosión Cámbrica, los fósiles de este período representan una de las historias evolutivas más importantes de la vida.
K. kierkegaardi está relacionado con los actuales panartrópodos, un grupo de animales que incluye osos de agua (tardígrados) y gusanos de terciopelo, y los artrópodos que componen los crustáceos y los insectos.
En la actualidad, el cerebro de los artrópodos está formado por tres segmentos distintos que migran juntos a través de un conjunto de nervios que se fusionan con otros dos segmentos del cerebro. Estos segmentos inervan los apéndices correspondientes y, debido a esta estructura, algunos insectos pueden vivir sin su cabeza durante días o incluso una semana.
Hasta ahora los investigadores pensaban que el ancestro de todos los vertebrados y artrópodos seguramente también tenía un cerebro de tres segmentos. En cambio, encontraron que las antiguas criaturas tenían un cerebro de un solo segmento. Esto significa que sus cerebros eran mucho más simples que los que vemos en los artrópodos y es más similar al de los tardígrados.
No todo el mundo comparte la historia, sin embargo.
"Si se dice que el cerebro de Kerygmachela es como el de un tardígrado, se debe ser muy, muy cuidadoso", le dijo a National Geographic Nicholas Strausfeld, de la Universidad de Arizona. "Porque puede que no sea así".
Poco se sabe sobre la estructura cerebral de los tardígrados en general. De hecho, es posible que ni siquiera tengan un cerebro con un solo segmento. Es posible que usen una estructura nerviosa única que funciona de manera muy diferente.
Dirigido por Jakob Vinther y Tae-Yoon Park del Korea Polar Research Institute, el estudio utilizó análisis anatómicos para mostrar que el cerebro de la criatura inervaba los ojos grandes y los apéndices frontales. Este es un paso intermedio entre los ojos relativamente simples de los panartrópodos actuales y los complejos ojos de los artrópodos.
Los fósiles se encontraron en la Formación Buen de Sirius Passet en el norte de Groenlandia en 2011 y 2016. El estudio se publicó en Nature Communications: Brain and eyes of Kerygmachela reveal protocerebral ancestry of the panarthropod head