Perezoso gigante prehistórico se movía a gusto en el mar

perezoso nadando

Con unos pocos huesos densos y una columna rígida, este perezoso evolucionó para mojarse

Una y otra vez, los animales se sumergieron en el océano y se quedaron. Los reptiles lo hicieron varias veces, convirtiéndose en majestuosos dragones marinos como los ictiosaurios, plesiosaurios y mosasaurios. Las ballenas son un ejemplo aún más célebre. Cómo pasaron los cetáceos de terratenientes de cuatro patas a los aerodinámicos fanáticos del mar es un icónico ejemplo de un trascendente cambio evolutivo. Y luego están los perezosos gigantes...

Reconstruidos en salas de fósiles de museos, los perezosos gigantes de las épocas pasadas lucen tan marineros como ladrillos. Sus huesos son grandes, bulbosos y robustos, un robusto esqueleto para sostener el inmenso peso de los mamíferos herbívoros que podrían pesar más de cuatro toneladas.

Y, sin embargo, en Perú y Chile, en estratos de entre siete y tres millones de años, los paleontólogos han encontrado un conjunto de cinco especies de perezosos, todas del género Thalassocnus, que juntas ilustran cómo se movían por el mar los perezosos gigantes.

Cuando en 1995 se describieron por primera vez los fósiles de estas peludas criaturas, se pensó que Thalassocnus era un zancudo gigante. El perezoso nadaba con dificultad en las aguas poco profundas, aferrándose a las rocas con sus enormes garras y comía una blanda vegetación. Pero un reciente análisis de los huesos de los perezosos ha cambiado esa historia.

Eli Amson, un paleontólogo en el Museum für Naturkunde en Berlín, Alemania, es uno de los investigadores que emprendieron esta revisión osteológica. Después de reexaminar los fósiles, Amson y su equipo encontraron que los Thalassocnus estaban más a gusto en el agua de lo que se pensaba.

ThalassocnusAlgunos de los cambios observados a través de una sucesión de cinco especies distintas de Thalassocnus son similares a los observados en los cetáceos a medida que evolucionaban a la vida en el mar. Por ejemplo, los huesos de Thalassocnus, al igual que los de los primeros cetáceos, son osteoescleróticos, evolucionaron para ser excepcionalmente densos y actuaron como lastre para ayudar a los animales a mantener una flotabilidad neutra cuando nadaban en aguas poco profundas. Las modificaciones fueron tan extensas que incluso los huesos delgados dentro de la nariz del perezoso, llamados cornetes, se engrosaron como resultado de los cambios en el resto del cuerpo.

Pero hay diferencias en el camino a lo largo del cual evolucionaron los perezosos, que los diferencian del tomado por los cetáceos. Amson dice que varias características en los esqueletos de los perezosos apuntan hacia una forma de nadar en el fondo, en la cual los perezosos avanzaban, empujando de arriba hacia abajo, como lo hacen los hipopótamos modernos.

Los perezosos no ondulaban sus columnas para nadar como las primeras ballenas. En su lugar, Amson dice que saltaban a lo largo del fondo, usando sus largas colas para dirigirse. Los perezosos merodeaban en las aguas poco profundas, masticando plantas con sus molares aplanados. Estas diferencias en la locomoción se reflejan en la columna vertebral: las especies de Thalassocnus que evolucionaron más tarde en la transición al mar tenían espinas dorsales que se volvieron más fusionadas y rígidas, en lugar de más flexibles.

"El Thalassocnus tiene el potencial de convertirse en un fantástico ejemplo para estudiar las transiciones evolutivas, ya que muchos de los rasgos observados en el linaje ofrecen casos realmente convincentes de adaptación gradual", dice Amson. Y la criatura también muestra que "los perezosos del Mioceno vivían en los árboles, en el suelo y en el agua", dice la experta en mamíferos marinos de la Universidad Estatal de San Diego, Annalisa Berta. El momento era un apogeo para estos grandes y peludos mamíferos.

Thalassocnus nadando

Sin embargo, aunque parezca poco usual un perezoso del tamaño de un oso, la evolución de los mamíferos "no es tan sorprendente", dice Amson. Mientras que los perezosos gigantes no eran los reyes de la velocidad, eran mucho más activos que sus homólogos modernos. Y que algunos se hayan adaptado a la vida en el agua tampoco es del todo inesperado, especialmente dado que los vertebrados han dado el salto repetidamente. De hecho, Thalassocnus comparte algunos rasgos con otros mamíferos marinos que también se lanzaron a las olas para disfrutar de los verdes mares.

Los sirenios de hoy, manatíes y dugongos, son herbívoros, y un grupo inusual de bestias extintas llamadas desmostilianos también se adentró en el agua para comer la vegetación.

"Diferentes mamíferos marinos herbívoros colonizaron los océanos", dice Berta, con "desmostilianos en el Pacífico Norte, Thalassocnus en el Pacífico Sur y sirenios más dispersos a nivel mundial". Esto no solo hace del Thalassocnus un trascendente ejemplo de cambio evolutivo, sino también de convergencia, cuando diferentes linajes llegan independientemente a planes corporales o comportamientos similares.

Artículo científico: Osteology and Functional Morphology of the Axial Postcranium of the Marine Sloth Thalassocnus (Mammalia, Tardigrada) with Paleobiological Implications

Etiquetas: PerezosoGigantePrehistóricoNadar

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