Sus caparazones tenían 3 metros de ancho y estaban equipadas con cuernos de 30 cm de largo en ambos hombros
Investigadores han descubierto en Venezuela y Colombia fósiles completos de la tortuga gigante Stupendemys geografus. Los fósiles, que incluyen un gigantesco caparazón superior y los primeros ejemplos de huesos de mandíbula de S. geographicus, dan una nueva visión de la vida de las antiguas tortugas gigantes de América del Sur.
Aunque los fósiles fueron desenterrados en desiertos, hace cinco o diez millones de años la tierra que ahora se encuentra al noreste de Brasil, Perú, Colombia y Venezuela estaba cubierta de profundos pantanos, marismas y ríos que sostenían reptiles gigantes. El documento, publicado el 12 de febrero en Science Advances, muestra que las tortugas S. Geographicus tenían caparazones de hasta 3 metros de ancho. A modo de comparación, un carril estándar de autopista mide 3,5 metros de ancho.
Fue "una de las tortugas más grandes, si no la más grande que haya existido", dice en un comunicado el paleobiólogo de la Universidad de Zurich, Marcelo Sánchez.
Las criaturas, que pesaban 1.100 kilos, casi tanto como un hipopótamo, no solo eran enormes sino que también estaban bien armadas. Los nuevos especímenes encontrados por el equipo de investigación tienen en cada hombro un cuerno de 30 cm de largo, y un cuerno tenía una larga cicatriz en el costado. Sánchez dice que los cuernos probablemente fueron utilizados por machos para luchar por sus compañeras.
"Los cuernos son realmente sorprendentes y extraños", dijo a Gretchen Vogel de la revista Science el paleontólogo de la Universidad de Friburgo, Walter Joyce, que no participó en la investigación. Joyce agrega que se sabe poco sobre el pariente moderno más cercano de S. Geographicus, lo que podría haber dado más pistas sobre el comportamiento de la antigua tortuga.
Los cuernos también habrían sido una útil defensa contra los depredadores como caimanes parecidos a cocodrilos de 12 metros que eran más largos que un poste telefónico estándar. Varios caparazones muestran marcas de mordiscos, y uno todavía tenía incrustado un diente.
Dado su temible tamaño, las tortugas gigantes podrían haber sido formidables depredadores. Los fósiles de sus mandíbulas se asemejan a los de las tortugas modernas que comen peces y otras tortugas, y un hueso plano en el centro del techo de la boca de la tortuga gigante podría haber sido usado para aplastar moluscos. Sin embargo, los investigadores escriben que sus dietas podrían haber sido variadas, y también incluir grandes frutos de palma.
Y es posible que el tamaño fuera su ruina. Hace unos 5 millones de años, su hábitat comenzó a cambiar a medida que el río Amazonas cortaba su camino a través del paisaje. Las marismas se encogieron y los hábitats se volvieron más específicos.
"Si eres realmente grande y tu espacio disminuye, estarás bajo mucha presión y estrés", dijo a la revista Discover el paleontólogo de la Universidad del Rosario Edwin Cadena. Una tortuga de tres metros necesitaría mucho espacio para vagar y agua para soportar su volumen. A medida que desapareció la amplia gama de marismas llamada hábitat del sistema Pebas, también lo hizo la tortuga.
"Durante muchas décadas esta especie ha estado olvidada", dice Cadena a Discover. "Y la estamos trayendo de vuelta a la vida con especímenes fascinantes".
Artículo científico: The anatomy, paleobiology, and evolutionary relationships of the largest extinct side-necked turtle