Al igual que los delfines y las ballenas, los antiguos cocodrilos evolucionaron para pasar su tiempo en el mar
Investigadores rastrearon los cambios en los oídos internos de las criaturas cocodrilianas para saber cómo se movieron hacia el mar
Hace unos 180 millones de años, la observación de ballenas se vería muy diferente. En lugar de mamíferos marinos gigantes, los océanos estaban dominados por reptiles marinos. Al igual que los modernos mamíferos marinos, los antiguos reptiles nadadores evolucionaron de ancestros que habitaban en la tierra. Pero ha sido difícil trazar un cronograma de cómo pasaron de la tierra al mar.
Un grupo de reptiles marinos llamados talatosuquios (Thalattosuchia, gr. "cocodrilos marinos"), que ahora están extintos, parientes de los cocodrilos modernos de la era jurásica, dejaron un detallado registro fósil. Al estudiar las formas cambiantes de sus oídos internos, un equipo internacional de investigadores determinó los pasos que tomaron los talatosuquios para convertirse en marinos de toda la vida, publicado el miércoles en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias.
"Es importante observar los sistemas sensoriales porque esos sistemas son la clave para comprender el pasado y los animales antiguos, y también para comprender cómo evolucionarán los animales en el futuro". La paleontóloga y autora principal de la Universidad de Edimburgo, Julia Schwab, dice a Becky Ferreira en el New York Times: "Se puede saber mucho, observando la forma del oído interno, sobre el entorno en el que vivía un animal".
Algunos talatosuquios, como el más grande del lote, el Machimosaurus rex, vivían en hábitats de aguas poco profundas como marismas, dice Schwab a Amy Woodyatt de la CNN. Machimosaurus rex podría crecer hasta más de 9 metros de largo, aproximadamente el doble del tamaño del tiburón blanco hembra promedio, y cazaba presas de caparazón duro como las tortugas. El equipo sabía por la anatomía de la criatura y la geología alrededor del fósil que Machimosaurus rex era un reptil semiacuático, y los oídos internos de los talatosuquios proporcionaron más evidencia.
El oído interno ayuda a los animales a mantener el balanceo y sentir el equilibrio. Los animales terrestres tienen laberintos del oído interno relativamente delgados, con el canal frontal significativamente más alto que la parte posterior. Pero las ballenas y los delfines tienen estructuras del oído interno de aproximadamente un tercio del tamaño de sus homólogos terrestres de tamaño similar.
Al escanear los oídos internos de 18 reptiles extintos y 14 de sus parientes modernos, el equipo descubrió que los canales auditivos de los talatosuquios evolucionaron para volverse más gruesos a medida que con el tiempo avanzaban desde hábitats poco profundos hacia el mar. Según los hallazgos, parece que sus oídos internos se ajustaron al entorno de alta presión y alta mar; algunos incluso pudieron haberse sumergido. Pero los oídos internos fueron una de las últimas partes de su anatomía en evolucionar.
"El descubrimiento más interesante de este estudio es que en estos cocodrilos marinos, la evolución de las características del oído interno relacionadas con un estilo de vida marino ocurrió mucho después de que la mayor parte del esqueleto se hubiese adaptado a ese estilo de vida", dice al New York Times el paleontólogo de vertebrados Andrea Cau, que no participó en el estudio. "Durante una gran parte de su historia, incluso los talatosuquios completamente marinos mantuvieron un oído interno construido como sus parientes menos acuáticos, y esto es intrigante".
En comparación, los cetáceos desarrollaron un oído interno compacto bastante rápido después de que comenzaron a vivir en el agua a tiempo completo. Y aunque ambos grupos alcanzaron la misma estrategia evolutiva, tomaron diferentes caminos para llegar allí.
Pero una posible explicación para la transición más lenta de los reptiles es que, mientras que los delfines y las ballenas dan a luz a crías vivas, los reptiles tienden a poner huevos. Eso requeriría que antiguos cocodrilos como los talatosuquios permaneciesen cerca de la tierra, donde se podrían construir nidos.
En declaraciones al Times, Schwab sugiere que los talatosuquios pueden haber tenido que nacer vivos antes de poder vivir durante generaciones en el océano abierto. La evidencia preliminar muestra que las caderas de los reptiles se ensancharon con el tiempo, dando peso a la hipótesis.
"Los cocodrilos modernos ponen huevos, y necesitan ir a tierra para hacerlo", dice Schwab. "Si eres un animal perfectamente adaptado para la vida en el océano y tienes aletas, entonces podría ser difícil ir a la tierra para poner esos huevos".
Artículo científico: Inner ear sensory system changes as extinct crocodylomorphs transitioned from land to water