Brandán zarpó en el siglo VI en un currach con una tripulación de alrededor de 18 monjes irlandeses
Brandán el Navegante (en irlandés Breandán, o Brendán), también llamado Brandano, Barandán o Borondón, fue uno de los grandes monjes evangelizadores irlandeses del siglo VI, del que se dice navegó a vela en un viaje de ida y vuelta de siete años a través del Atlántico, desde Irlanda hasta la "Isla de la Santísima". El cuento se registra en el texto latino, “Navigatio sancti Brendani abbatis“, "El viaje de San Brendan, el abad". El texto se cree que data del 800 dC y describe acontecimientos del 512-530 dC.
Según la leyenda, Brandán zarpó en un currach, un barco hecho de pieles de animales estiradas sobre un marco de madera, con una tripulación de alrededor de 18. Se dice que en el viaje Brandán vió imponentes pilares de cristal flotando en el mar, un enorme monstruo marino, una isla con ovejas gigantes y una tierra donde los gigantes lanzaban a su barco bolas de fuego que olían a azufre. Finalmente llegaron a la "Tierra Prometida de los Santos" donde permanecieron durante 40 días y luego navegaron de vuelta.
Durante siglos, la historia fue tomada en mayor o menor valor nominal y muchos buscaron la "Tierra Prometida de los Santos", que se convirtió para ser conocida como "La isla de Brandán". Como no se encontró tal isla, algunos especulan que Brandán podría haber navegado a América del Norte, a la tierra que los vikingos llamarían más tarde Vinland.
¿Podría un grupo de monjes irlandeses del siglo VI haber navegado a través del Atlántico en un bote de cuero de piel. La mayoría de los estudiosos desestimó lo que sugiere el cuento. Sin embargo, las sagas escandinavas relatan que los irlandeses ya habían visitado América del Norte en el momento en que los vikingos desembarcaron allí alrededor del 1000 dC. Los vikingos se refieren a las tierras al sur de su asentamiento en Vinland como "Irland it Mikla", o "Irlanda Mayor".
Tim Severin, un explorador, historiador y escritor británico, pensó que podría ser posible que Brandán hubiese hecho tal viaje. Construyó una currach utilizando métodos tradicionales y entre 1976 y 1977 navegó 4.500 millas desde Irlanda a la Isla Peckford, en Terranova, con parada en el camino en las islas Hébridas e Islandia. La expedición de Severin puede no haber probado que Brandán cruzó el Atlántico en un currach, pero demostró que tal viaje era posible.