El mensaje en una botella más antiguo pasó en el mar 108 años, 4 meses y 18 días
Después de ser echado al mar por la Asociación de Biología Marina del Reino Unido (MBA) en noviembre de 1906, el mensaje apareció en la isla de Amrum, en Alemania, el 17 de abril de 2015. Este año, Guinness de los Récords lo reconoció como el más antiguo mensaje en una botella que se ha encontrado.
Una de las más de 1.000 botellas lanzadas al mar del Norte por el biólogo marino George Parker Bidder, la botella era parte de un proyecto de investigación sobre los patrones de las corrientes oceánicas. Más de un siglo después, una carta que contiene una postal original de una de sus botellas llegó por correo al laboratorio de Plymouth del MBA en el Reino Unido.
Una mujer alemana descubrió la botella durante su visita a Amrum, una de las islas de Frisia del Norte de Alemania. La postal dentro prometía una recompensa de 1 chelín (ex unidad de moneda que era equivalente a 12 peniques), rellenar algunos datos y devolver la tarjeta postal. El MBA determinó enviar la recompensa adecuada.
"Hemos encontrado un viejo chelín, creo que lo conseguimos en eBay", dijo a The Guardian, Guy Baker, oficial de comunicaciones en el MBA. "Se lo enviamos a la mujer con una carta dando las gracias".
El experimento de Bidder de 1906 era una forma de lo que ahora se llama "ciencia ciudadana". Según los informes, las botellas fueron devueltas en una cantidad de alrededor de un 55 por ciento - en gran parte por los pescadores alentados por la recompensa - y el biólogo marino fue capaz de demostrar que la corriente de aguas profundas del Mar del Norte fluía de este a oeste.
Aunque el reciente descubrimiento de esta botella perdió su lugar en la investigación original de Bidder, ahora tiene su propio lugar en la historia como el titular del récord mundial Guinness para el mensaje en una botella más antiguo del mundo.
Mensajes en botellas han fascinado desde siempre al público y los investigadores por igual.
De hecho, han sido durante mucho tiempo fuente de conmovedoras historias. En 2014, se descubrió por un joven alemán durante una caminata en la naturaleza una botella que contenía un mensaje escrito el 17 de mayo de 1913. Tras el descubrimiento, los investigadores fueron capaces de localizar a su nieta y darle la nota de su abuelo, a quien nunca había conocido.
Otro hallazgo fue un mensaje en una botella que no se encontró en el mar, sino bajo un montón de piedras en el Ártico canadiense. Escrito por el glaciólogo estadounidense Paul T. Walker en 1959, el mensaje describía su investigación glacial y fue encontrado por otros investigadores 54 años después.
El mensaje de Walker fue especialmente impactante, ya que sufrió un accidente cerebrovascular durante la expedición y murió poco después. "Estábamos leyendo algunas de sus últimas palabras", dijo Warwick F. Vincent, director del Centro de Estudios del Norte de la Universidad de Laval en Canadá, y uno de los investigadores que encontraron el mensaje.
Los mensajes pueden quedar a la deriva (o enterrados) durante décadas, pero también se han descubierto algunos mensajes en botellas más modernos. Por ejemplo, en 2011, se encontró una botella en una playa de Australia e 6.000 millas (9.600 kilómetros) de su origen, 14 años después de haber sido echada al mar - durante un crucero en febrero de 1997 - donde el profesor retirado de Texas Tech, George Tereshkovich, había escrito un mensaje, lo colocó en una botella con su tarjeta de visita y la arrojó al océano.
"Le dije a mi mujer lo que iba a hacer", dijo Tereshkovich en un comunicado. "Ella pensó que estaba mareado o algo así, tirando por la borda una nota. Continuamos el crucero, y me olvidé por completo de ella".
Ya sea que pase una década o un siglo, cada mensaje en una botella tiene una historia que contar.