Era famosa por sus tres gigantescos cañones, que pesaban más de 22 toneladas cada uno
La Fortaleza de Murud-Janjira está situada en el Mar Arábigo en una isla rocosa con forma ovalada, cerca de la ciudad costera de Murud, a 165 km al sur de Mumbai, India. Una vez baluarte de los Siddis abisinios, que jugaron un importante papel en la historia de Mumbai en el siglo XVII, Janjira era considerada uno de los fuertes marinos más resistentes de la India, y la única que fue no conquistada a lo largo de la costa occidental de la India. La fortaleza era famosa por sus tres gigantescos cañones, que pesaban más de 22 toneladas cada uno, temidos por su increíble campo de tiro.
La palabra Janjira es una corrupción de la palabra árabe "Jazeera", que significa isla. Murud es una palabra marathi para Siddis, un grupo étnico originario de Abisinia, una nación histórica en la actual Etiopía. Así Murud-Janjira esencialmente significa "isla de los Siddis".
La fortaleza no fue construida originalmente por los Siddis, sino por un caudillo pescador Maratha, Rajaram Patil, en el siglo XV, aunque en una escala más pequeña. En ese momento la fortaleza fue conocida como "Medhekot" y fue construida para proteger a su pueblo de piratas y ladrones. Fue capturada por el general Nizam Shah de Ahmednagar, y reforzada posteriormente por Malik Ambar, un abisinio de origen Siddi regente de los reyes de Ahmednagar. A partir de entonces los Siddis se hicieron independientes y muy potentes como estado autónomo, y el fuerte continuó siendo ocupado por los mismos.
A lo largo de la historia, fueron hechos numerosos intentos por los portugueses, los ingleses y los marathas para someter el poder de los Siddis, pero fracasaron. Incluso el gran líder Maratha, Chhatrapati Shivaji, trató sin éxito de escalar las paredes de granito de 40 pies de la fortaleza.
Aunque ahora en ruinas, Murud-Janjira fue una fortaleza hecha y derecha que en su apogeo tenía todas las instalaciones necesarias, tales como palacios, cuartos para los oficiales, Mezquita, tanques de agua dulce, etc.
El secreto de su resistencia a los invasores es un milagro de la naturaleza: en el centro de la isla hay un pozo de agua dulce en medio del mar. Con agua para beber y pescado para comer, los Siddis pudieron resistir por más de 200 años los ataques de los invasores.
Las paredes exteriores y todos los bastiones redondeados de la fortaleza siguen intactos.