Uno de los espacios en blanco en la red sismográfica mundial está en los océanos
Los cables de fibra óptica que constituyen una red mundial de telecomunicaciones submarina podrían algún día ayudar a los científicos a estudiar los terremotos en alta mar y las estructuras geológicas ocultas en las profundidades de la superficie del océano.
En un artículo que apareció esta semana en la revista Science, investigadores de la Universidad de California, Berkeley, el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (Berkeley Lab), el Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterey (MBARI) y la Universidad de Rice describen un experimento que convirtió 20 kilómetros de cable submarino de fibra óptica en el equivalente de 10.000 estaciones sísmicas a lo largo del fondo del océano.