Se ha detectado un exceso de los rayos cósmicos procedentes de una parte del cielo, y la falta de los rayos cósmicos procedentes de otra.
Un patrón desconcertante en los rayos cósmicos que bombardean la Tierra desde el espacio ha sido descubierto por un experimento enterrado bajo el hielo de Antártida.
Los rayos cósmicos son partículas de alta energía que fluye desde el espacio que se cree que se originan en los restos de estrellas muertas distantes.
Pero resulta que estas partículas no llegan de manera uniforme desde todas las direcciones. El nuevo estudio ha detectado un exceso de los rayos cósmicos procedentes de una parte del cielo, y la falta de los rayos cósmicos procedentes de otra.