Un nuevo recubrimiento hizo que el algodón normal fuera impermeable a muchos líquidos
El algodón tiene muchas atractivas características como tejido de ropa, ofreciendo una gran transpirabilidad, aislamiento y, por supuesto, comodidad.
Un grupo de científicos en China ha ideado un novedoso recubrimiento para el algodón de uso diario que le da un conjunto aún más amplio de características útiles, lo que le permite repeler el aceite y el agua con facilidad y, lo más impresionante, flotar incluso cuando soporta cargas que superan su propio peso.
Si bien es una tela popular por varias razones, una cosa que el algodón no puede ofrecer es la capacidad de repeler el agua y el aceite, lo que significa que simplemente los absorbe y, por lo tanto, es bastante susceptible a las manchas.
Los investigadores han estado trabajando en los llamados recubrimientos superampifóbicos que pueden otorgar al algodón normal la capacidad de repeler el agua y el aceite, y con cierto éxito. Pero los métodos son complicados, requieren mucho tiempo e implican muchos pasos, lo que significa que actualmente no son viables para la fabricación a gran escala.
Entre los científicos de materiales que manipulan esta área se encuentra un equipo de la Universidad de Tecnología de Wuhan de China, que ha desarrollado una técnica de recubrimiento comparativamente simple de "un solo recipiente" que implica un solo paso. Los científicos mezclan durante 24 horas clorhidrato de dopamina y un par de moléculas junto con un trozo de tela de algodón. Esto provoca una reacción química en la que se unen los ingredientes para formar en la tela una capa uniforme de color marrón oscuro.
A través de pruebas posteriores, el equipo demostró que este nuevo recubrimiento hizo que el algodón normal fuera impermeable a muchos líquidos comunes, y no solo en la superficie. Se descubrió que las fibras internas de algodón también eran a prueba de líquidos. Mientras tanto, la fina arena se puede lavar fácilmente con agua. Solo cuando se sometió el material a un ácido fuerte se vio comprometida su resistencia al agua, mientras que se encontró que los repetidos lavados disminuían su resistencia al aceite.
Curiosamente, también se descubrió que la técnica creaba bolsas de aire a nanoescala en el punto donde el revestimiento se adhirió a la tela. Esto permitió que el algodón flotara en el agua incluso cuando soportaba hasta 35 veces su propio peso y 27 veces su propio peso cuando flotaba en aceite.
Según los científicos, estos atributos abren algunas interesantes posibilidades en torno a los tejidos funcionales que podrían utilizarse en trajes de baño flotantes que posiblemente sean tan cómodos como los normales y que también repelan el agua. También podrían encontrar uso en chalecos salvavidas o ropa protectora más cómodos.
La investigación fue publicada en la revista ACS Applied Materials & Interfaces (In Situ, One-Pot Method to Prepare Robust Superamphiphobic Cotton Fabrics for High Buoyancy and Good Antifouling), mientras que el vídeo de más arriba ofrece una mirada a algunos de los experimentos de los científicos.