Un novedoso biomaterial desarrollado en la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) en Brasil puede ayudar a resolver dos problemas a la vez.
Como biopartícula, puede actuar como portador de medicamentos, administrando medicamentos directamente al tracto gastrointestinal de los peces para evitar la resistencia a los antibióticos convencionales, por ejemplo.
Los científicos han desarrollado un nuevo dispositivo inspirado en las ventosas del pulpo que puede administrar medicamentos sin necesidad de agujas ni pastillas. Ya lo han probado en humanos en un pequeño y breve ensayo.
El parche de 1,1 por 0,6 centímetros (0,4 por 0,2 pulgadas) puede adherirse al revestimiento interno de la mejilla, se estira a lo largo de ella y aumenta la absorción del fármaco adherido.
¿Alguna vez has visto a un pez hacerse una tomografía computarizada?
Un pez ángel francés (French angelfish en inglés, Pomacanthus paru) de elegante aspecto que fue encontrado un día con una rara hinchazón recuperó su flotabilidad después de ser inspeccionado mediante tomografía computarizada en el Zoológico de Denver.
Un trabajador del zoológico había observado recientemente que el pez azul y amarillo nadaba inclinado, lo que provocó una visita la semana pasada al hospital del lugar para una ecografía y una tomografía computarizada.
Apenas unos días después de mudarse, las personas que buscaban asilo fueron sacadas de la barcaza de alojamiento Bibby Stockholm debido a la bacteria legionella a bordo. El ayuntamiento de Dorset, donde se encuentra la barcaza, expresó su preocupación de que los retrasos en la evacuación de las personas aumentaran su riesgo de exposición a la bacteria potencialmente mortal.
Incluso antes de este desarrollo, ya era controvertido el uso de la barcaza para albergar a personas que solicitaban asilo. Esto se debe tanto al impacto en la comunidad local como a las condiciones de las personas que viven a bordo.
Dos flagelos de la salud pública y ambiental del siglo XX, los microplásticos y la resistencia a los antimicrobianos, parecen unirse para generar una preocupación completamente nueva.
El océano está repleto de microorganismos. Y desde mediados del siglo XX, plástico. Los científicos han descubierto previamente cómo el plástico crea un hábitat y un práctico sistema de transporte para los microbios marinos, incluidos los patógenos humanos potencialmente dañinos.
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