La Ecklonia cava es rica en antioxidantes
Comer el alga Ecklonia cava podría retrasar o prevenir la enfermedad de Parkinson, según un estudio de 2024.
Los investigadores descubrieron que los antioxidantes presentes en las algas marinas (que suelen utilizarse en sopas y ensaladas de la cocina asiática) pueden proteger nuestras neuronas de los radicales libres y prevenir esta enfermedad debilitante.
El Parkinson es una enfermedad que afecta el sistema nervioso y provoca síntomas como temblores, rigidez y dificultad de movimiento. Se produce cuando las neuronas que producen dopamina (una sustancia química que ayuda a controlar el movimiento) comienzan a morir en el cerebro. Si bien el párkinson en sí no es mortal, causa graves complicaciones que pueden llevar a la muerte. Lamentablemente, todavía no existe cura.
Pero los investigadores ya habían encontrado vínculos entre los antioxidantes dietéticos y la prevención del Parkinson. Por ejemplo, las investigaciones han descubierto que el resveratrol, presente en muchas plantas y frutas, incluidas las uvas rojas, las bayas y los cacahuetes, protegió de la muerte a las neuronas que producen dopamina en el cerebro en varios modelos de ratones con enfermedad de Parkinson.
El ácido elágico, el ácido α-lipoico y el mirtenal mejoraron el aprendizaje y la memoria, así como la coordinación neuromuscular en modelos de ratón con enfermedad de Parkinson. El ácido elágico se encuentra en muchas frutas y verduras, incluidas las uvas, las granadas, las bayas y las nueces.
El mirtenal se encuentra en varias plantas, como el hisopo y la salvia, y el ácido α-lipoico se encuentra en la carne roja, las espinacas y el brócoli.
Varios estudios han sugerido que beber té puede ayudar a prevenir la enfermedad de Parkinson. Aunque no sabemos exactamente cómo funciona, algunas investigaciones sugieren que se debe a los antioxidantes que contiene el té.
Combatir los radicales libres
Nuestro cuerpo produce radicales libres dañinos en respuesta a agresiones ambientales como los rayos ultravioleta y la contaminación del aire. Los radicales libres también son un subproducto natural de los procesos normales en las células.
Los antioxidantes son como guardaespaldas que protegen las células del daño causado por los radicales libres. Nuestro cuerpo produce naturalmente antioxidantes, pero algunos alimentos, como la Ecklonia cava, son ricos en antioxidantes y pueden complementar nuestros antioxidantes producidos naturalmente para ayudar a nuestros cuerpos a combatir el daño de los radicales libres.
Para el estudio más reciente, realizado en Japón, los investigadores indujeron la enfermedad de Parkinson en ratones utilizando el pesticida rotenona. La rotenona mata las neuronas que producen dopamina en el cerebro, lo que hace que los ratones desarrollen una enfermedad parecida al Parkinson, con síntomas similares, como movimientos más lentos y motilidad gastrointestinal deteriorada (cuando hay problemas para mover los alimentos y los desechos a través del tracto digestivo).
Una vez que los investigadores indujeron el Parkinson en los ratones, alimentaron a algunos con antioxidantes de Ecklonia cava y a otros con una dieta normal. Descubrieron que las neuronas productoras de dopamina en el cerebro de los ratones alimentados con antioxidantes parecían estar protegidas. Además, esos ratones presentaban menos síntomas de Parkinson que los ratones alimentados con la dieta normal.
Los investigadores también analizaron el efecto de los antioxidantes en células cultivadas en placa y expuestas a la rotenona. La rotenona aumenta la producción de radicales libres, que matan las células.
Los investigadores descubrieron que los antioxidantes disminuyeron la producción de radicales libres inducida por la rotenona en las células, previniendo la muerte celular. Esta investigación abre la posibilidad de utilizar los polifenoles de Ecklonia cava –compuestos vegetales con propiedades antioxidantes– para desarrollar nuevos tratamientos y métodos de prevención del párkinson.
Desafortunadamente, los resultados de estudios en modelos animales y células no siempre son trasladables a los humanos. Por ejemplo, a pesar de la acción protectora de otro antioxidante, la vitamina C, que se encuentra en células y modelos animales para proteger contra el Parkinson, no parece tener el mismo efecto en los humanos.
Esto se debe a que los modelos animales y celulares no imitan completamente la enfermedad de Parkinson en los humanos. Los animales tienen estructuras y funciones cerebrales diferentes a las de los humanos, lo que significa que la forma en que se desarrolla y progresa la enfermedad puede ser diferente. Por otro lado, los modelos celulares, incluso si los investigadores utilizan células humanas, carecen de complejidad.
La enfermedad de Parkinson afecta a todo el cerebro y el cuerpo, involucrando muchos tipos diferentes de células e interacciones. Los modelos celulares generalmente se centran en un solo tipo de célula, pasando por alto esta complejidad.
La enfermedad de Parkinson se desarrolla a lo largo de muchos años y sus síntomas cambian con el tiempo. Los modelos celulares y animales no pueden reproducir fácilmente esta progresión a largo plazo. Por ejemplo, la esperanza de vida máxima de la mayoría de los ratones de laboratorio es de dos años, mientras que se cree que el Parkinson se desarrolla a lo largo de décadas.
En conclusión, se necesitan ensayos clínicos sólidos a gran escala para validar la eficacia de la Ecklonia cava para prevenir o retrasar el párkinson. Sin embargo, dado que la Ecklonia cava ya está disponible en complementos alimenticios, probablemente no sea perjudicial tomarla de forma regular.
La investigación se ha publicado en la revista MDPI: Ecklonia cava Polyphenols Have a Preventive Effect on Parkinson’s Disease through the Activation of the Nrf2-ARE Pathway