El consumo de carne del pargo salema puede resultar en ictiotoxismo
La salema o salpa (Sarpa salpa) se reconoce fácilmente por las largas franjas doradas que se dibujan a lo largo de su cuerpo y por su singular costumbre de producir en las personas desgarradores delirios, con alucinaciones similares al LSD. Aunque aparentemente de aspecto mundano, el pequeño pargo azul se ha utilizado como una droga recreativa que se conocía incluso en el Imperio Romano.
Sus cualidades alucinógenas del salema también juegan un papel protagonista en algunas ceremonias tradicionales de la Polinesia. Sin embargo, a pesar de que su nombre árabe significa "el pez de los sueños", las alucinaciones producidas por él son otra cosa que un sueño.
El consumo de carne del pargo salema puede resultar en ictiotoxismo (ichthyoallyeinotoxism), un raro tipo de intoxicación que activa el sistema nervioso con síntomas extrañamente similares al LSD.
También llamada embriaguez alucinógena por la ingestión de pescado, este fenómeno se traduce en trastornos psicológicos, incluyendo alucinaciones y depresión, así como mareos, vómitos y un grupo de otros desagradables efectos secundarios. Y, a diferencia de la mayoría de los "viajes", las pesadillas pueden durar varios días.
En 2002 un hombre de 90 años de edad que consumía una Sarpa salpa en la costa sur de Francia desarrolló terribles pesadillas acerca de gente y aves gritando que se prolongaron durante dos noches. El pensó que podría haberse vuelto loco. En 1994 un hombre de 40 años de edad comió el pescado en la Riviera francesa y empezó a escuchar gritos y ver animales gigantes, enjambres de arañas hostiles en su coche. La lista es interminable.
Y la Sarpa salpa es sólo el principio. Algunas otras especies de dorada llevan aún cualidades más intoxicantes, tales como el Siganus spinus, conocido como "el pez que embriaga" en Isla de la Reunión, y el Mulloides flavolineatus, llamado "el jefe de los fantasmas" en Hawái.
Comer cualquiera de estos peces podría resultar en un mal caso de ictiotoxismo, que es afortunadamente mucho más fácil de curar que de pronunciar. Las personas bajo la influencia de la Sarpa salpa tienden a recuperarse espontáneamente al cabo de tres días.
El veneno en realidad no proviene de los peces, sino más bien de la acumulación exponencial de fitoplancton tóxico que vive en los pastos marinos, un elemento básico de la dieta de los peces. Los investigadores aún no están seguros por qué estas toxinas desencadenan una respuesta tan violenta.
Pero ellos creen que el fitoplancton en cuestión contienen alcaloides pertenecientes al grupo indol, una familia de compuestos químicamente similares al LSD y otro alucinógeno llamado dimetiltriptamina (DMT). También han determinado que estas acumulaciones químicas se producen sólo en ciertas partes del cuerpo, tales como la cabeza, dejando el resto del pez seguro de consumir.
Así que a menos que juegues tus cartas muy, muy mal, tus vacaciones francesas probablemente no incluirán 36 horas de alucinaciones psicóticas - incluso si accidentalmente pides un poco de pescado azul con franjas doradas. Pero, para mayor seguridad, sugerimos consumir pargo.