Las esponjas y los humanos reaccionan al polvo de la misma manera, pero con resultados muy diferentes
La silicosis, un tipo de enfermedad pulmonar causada por la inhalación de polvo cristalino, puede ser un antiguo legado a los humanos de nuestros ancestros extremadamente distantes, las esponjas marinas.
Esa es la sorprendente conclusión alcanzada por un equipo de investigadores dirigido por Marina Pozzolini de la Universidad de Génova, Italia, y publicado en el Journal of Experimental Biology.
Pozzolini y sus colegas iniciaron su investigación después de señalar que las esponjas marinas de la especie Chondrosia reniformis, conocidas vulgarmente como esponjas de cuero, fueron capaces de absorber los granos de sílice y utilizarlos de una manera beneficiosa, en marcado contraste con lo que sucede cuando entran en los pulmones humanos.
A pesar de una mejora general en la salud y seguridad en el lugar de trabajo, la silicosis sigue matando cada año a más de 9.000 personas en todo el mundo.
La enfermedad aparece cuando el fino polvo de sílice ingresa a los pulmones. Su presencia impulsa al cuerpo a producir fibras de colágeno en exceso y grandes cantidades de una proteína llamada factor de necrosis tumoral (TNF), que causa inflamación.
Al exponer las esponjas marinas al polvo fino de cuarzo, Pozzolini y sus colegas notaron que sucedían exactamente las mismas cosas: los animales absorbían el cristal y producían grandes cantidades de colágeno y TNF.
El resultado final, sin embargo, fue radicalmente diferente. Las esponjas incorporaron el polvo de cristal y el colágeno en sus cuerpos, reforzando su resistencia y rigidez.
La observación condujo a la idea de que tal vez el código genético para la producción de TNF, fuertemente conservado durante cientos de millones de años, y por lo tanto presente en todo el reino animal, podría estar relacionado con la forma en que los tejidos responden al polvo de sílice.
La capacidad de producir TNF es en gran medida beneficiosa para los seres humanos: juega un papel fundamental en la regulación del sistema inmune. El equipo de Pozzolini, sin embargo, sugiere que la producción de TNF está íntimamente ligada a las reacciones al polvo de sílice, un proceso que fue claramente beneficioso en nuestros ancestros esponjas, pero decididamente no en el caso de animales más complejos.
"Por lo tanto", concluye el equipo, "presentamos la hipótesis de que un antiguo comportamiento fisiológico del más bajo de los Metazoa, persistiendo a través de la evolución de los mismos mediadores moleculares como el TNF, puede haberse convertido en la causa de la enfermedad en los tejidos especializados de animales superiores como los mamíferos".
Artículo científico: Silica-induced fibrosis: an ancient response from the early metazoans