Candida auris puede causar infecciones graves del torrente sanguíneo
Se ha descubierto una mortal superbacteria hospitalaria en la playa de una isla remota, que marca la primera vez que los investigadores ven este organismo resistente a múltiples fármacos en estado "salvaje".
Los hallazgos pueden proporcionar pistas sobre los orígenes de esta superbacteria, Candida auris, que apareció misteriosamente en hospitales de todo el mundo hace aproximadamente una década.
"Es un misterio médico de dónde vino", dijo el Dr. Arturo Casadevall, presidente del Departamento de Microbiología e Inmunología Molecular de la Facultad de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg en Baltimore, quien escribió un editorial que acompaña al estudio.
Los nuevos hallazgos son "una parte muy importante del rompecabezas", dijo Casadevall.
C. auris es un hongo que se descubrió por primera vez en 2009 en un paciente en Japón. Pareció extenderse rápidamente por todo el mundo, apareciendo en tres continentes diferentes aproximadamente al mismo tiempo.
El microbio puede causar infecciones graves del torrente sanguíneo, particularmente en pacientes que requieren catéteres, tubos de alimentación o tubos de respiración, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
Las infecciones pueden ser difíciles de tratar porque el microbio suele ser resistente a múltiples fármacos antimicóticos; y también puede permanecer en superficies ambientales.
"Cuando llega a un hospital, es una pesadilla" para el control de infecciones, dijo Casadevall.
En 2019, los CDC declararon a C. auris una "amenaza urgente" para la salud pública.
Aunque se han detectado especies relacionadas en plantas y ambientes acuáticos, no se había encontrado C. auris en ambientes naturales.
Casadevall y sus colegas han planteado previamente la hipótesis de que el aumento de las temperaturas debido al cambio climático puede haber causado que C. auris se adaptara en la naturaleza a temperaturas más altas, y así permitió que el hongo diera el salto a los humanos, cuya temperatura corporal normal suele ser demasiado alta para que sobrevivan la mayoría de los hongos.
Inspirándose en esta hipótesis, el autor principal del estudio, la Dra. Anuradha Chowdhary, micóloga médica de la Universidad de Delhi, India, y sus colegas analizaron muestras de suelo y agua recolectadas de ocho sitios alrededor de las islas Andaman, un remoto archipiélago tropical entre India y Myanmar.
Los investigadores aislaron C. auris de dos sitios: un humedal de marismas saladas donde prácticamente no va la gente y una playa con más actividad humana.
Las C. auris aisladas de de la playa eran todas resistentes a múltiples fármacos y estaban más estrechamente relacionadas con las cepas observadas en los hospitales en comparación con los aisladas encontrados en el pantano, dijo Chowdhary en un comunicado.
Una aislada encontrada en el pantano no fue resistente a los medicamentos y creció más lentamente a altas temperaturas en comparación con las otras aislamientos. Este hallazgo sugiere que este aislada podría ser una cepa "más salvaje" de C. auris, una que aún no se había adaptado a las altas temperaturas corporales de los humanos y otros mamíferos, dijo Casadevall.
El estudio proporciona cierto sustento a la hipótesis del calentamiento global porque, en primer lugar, identificó a C. auris en un entorno natural, que es un requisito para la hipótesis, dijo el editorial. Además, el aislado "salvaje" podría ser una especie de eslabón perdido entre la C. auris salvaje y las que causan infecciones en los hospitales.
Aún así, el estudio no prueba que C. auris viva naturalmente en las islas Andaman, o que se haya originado allí. Es posible que el microbio haya sido introducido por personas, particularmente en el sitio de la playa que tenía más actividad humana.
Además, algunos investigadores se han preguntado si el microbio pudo haber sido transportado por las corrientes oceánicas desde las áreas donde se arrojaron desechos humanos al agua hasta las costas de las islas Andaman, dijo Casadevall.
Es probable que los nuevos hallazgos estimulen a más investigadores a buscar C. auris en ambientes naturales y a comparar cepas silvestres con las de los hospitales, dijo Casadevall.
Los estudios también podrían examinar si las aisladas de C. auris silvestres con menos tolerancia al calor podrían "evolucionar" en un laboratorio para crecer a temperaturas más altas, proporcionando así más sustento a la hipótesis del calentamiento global, dijo el editorial.
Si de hecho se demuestra que C. auris provino de la naturaleza y que el calentamiento global fue un factor en su salto a los humanos, a los investigadores les preocupa que puedan dar el mismo salto más patógenos.
Muchos organismos fúngicos son dañinos para los insectos y anfibios, pero no para las personas debido a nuestras altas temperaturas corporales, anotó Casadevall.
"Si esta idea se valida tenemos que empezar a trazar un mapa de más de estos patógenos que existen para no sorprendernos", como nos sorprendió el nuevo coronavirus, dijo Casadevall.
En un comunicado emitido por la Sociedad Estadounidense de Microbiología, que publica mBio, la autora principal Anuradha Chowdhary, micobióloga médica de la Universidad de Delhi en India, dijo: "Este estudio da el primer paso para comprender cómo sobrevive este patógeno en el humedal , pero este es solo un nicho".
Los hallazgos fueron publicados el martes (16 de marzo) en la revista mBio: Environmental Isolation of Candida auris from the Coastal Wetlands of Andaman Islands, India