Son mucho más fuertes e inteligente de lo que creeemos
Con miles de retoños químicamente sensibles, una piel que cambia de color y un cerebro que, literalmente, se alarga cuando comen, los pulpos parecen extraterrestres que viven en nuestros océanos. La comprensión de sus adaptaciones físicas y cómo los pulpos pueden procesar sus propias sensaciones requiere una ágil imaginación.