En el Mediterráneo, los pulpos se adaptan fácilmente a los hogares artificiales
Cerca de Cerdeña, en el Mar Mediterráneo, los científicos observaron a una población de pulpos de ocho patas construyendo sus pequeñas casas. Las moradas de los cefalópodos estaban hechas de PVC, cemento y cuerdas, y ofrecían un santuario en el que podían esconderse y reproducirse.