La descendencia perdida podría estar afectando la salud de las poblaciones vulnerables
Imagínate esto: estás a bordo de un bote de pesca, sacando un anzuelo de una raya atlántica hembra cuando una pequeña cola que se retuerce emerge repentinamente de su ventilación cloacal. Presionas su blanco vientre, y la nueva vida se retuerce bajo las yemas de tus dedos. Un poco más de presión y, ¡pop !, se desliza una raya bebé, no más grande que un platillo, seguida momentos después por un hermano. Arrojas a los bebés al mar y nadan. Felicitaciones: eres una partera de rayas.