El pulpo sombrío de Australia envía señales a sus rivales sobre si va a huir o luchar
Erguido, con los brazos extendidos, para un pulpo que está luchando el cambio de colores es el lenguaje.
Hasta hace poco los científicos pensaban que los habitantes oceánicos no se comunican mucho entre sí. Al enviar señales con cambios en su color de piel y textura pensaban que, los pulpos mayormente solitarios, las hacían para el apareamieento, excepto para camuflarse con ellas.