
Calcular las necesidades energéticas diarias de las aves proporciona nuevos detalles sobre la vida de especies extintas
Hace ciento ochenta años, en una pequeña isla islandesa, los pescadores mataron a la última alca gigante (Pinguinus impennis). Estas aves marinas no voladoras, emparentadas con los frailecillos y los araos, eran enormes y medían la mitad de la altura de un hombre adulto. Con las alcas gigantes se incluían muchos de los datos más básicos sobre ellas: desde cuántos peces comían cada día hasta qué tan lejos se aventuraban de sus colonias de reproducción.