El albatros errante (Diomedea exulans) puede vivir más de 50 años de edad
Un nuevo estudio de los albatros errantes que se reproducen en la isla subantártica de Bird Island (Georgia del Sur) revela que la edad no importa cuando están alimentándose.
La investigación, publicada el mes pasado en la revista PLoS ONE, muestra que incluso cuando las aves llegan a la vejez, cualquier reducción en la función muscular y la agudeza visual no pareció afectar su comportamiento de forrajeo.
El albatros errante (Diomedea exulans) puede vivir más de 50 años de edad. Sin embargo, su éxito reproductivo colea desde sus últimos años de adolescencia en adelante, y los científicos creen que esto podría ser debido a una disminución gradual de la capacidad de búsqueda de alimento. Este no es el caso para el pájaro del famoso poema "La balada del viejo marinero".
Los investigadores del British Antarctic Survey y la Universidad de Edimburgo, rastrearon las aves, tanto jóvenes como mayores, a través de GPS y pequeños anillos en sus patas que registraron el número y duración de los desembarques para capturar a sus presas. Lo que encontraron fue que la mayoría de las aves de mayor edad volaron muy lejos y aterrizaron con la misma frecuencia que sus contrapartes más jóvenes y no estaban afectadas por su "avanzada edad".
El ecologista de aves marinas en el British Antarctic Survey, Dr. Richard Phillips dice, "Este trabajo es muy interesante porque no hemos podido detectar una correlación entre el éxito reproductivo más pobre de las aves de mayor edad y su capacidad de búsqueda de alimento. Esto contrasta con la investigación sobre las poblaciones de albatros errante en el Océano Índico, donde no parece haber un vínculo, y donde machos viejos eran más propensos que los machos jóvenes a viajar al sur a las aguas antárticas para alimentarse. Lo siguiente que tenemos que averiguar es lo que hace la vida tan diferente en Georgia del Sur".
El estudio tuvo lugar en el British Antarctic Survey Bird Island Research Station.
Artículo científico: Age-Related Variation in Foraging Behaviour in the Wandering Albatross at South Georgia: No Evidence for Senescence